Gabinete de crisis en el Real Madrid. Y además, justo antes de disputar el Mundial de Clubes en Rabat. La lesión de Courtois minutos antes de empezar el partido ya fue un mal presagio. Con un golazo de cabeza en el primer cuarto de hora de partido, Vedat Muriqi anticipó la hecatombe del equipo de Carlo Ancelotti en Son Moix. El conjunto blanco, sin la presencia de Karim Benzema en el frente de ataque, no tuvo pólvora ni capacidad de reacción.
Muriqi no falla: Marco Asensio, sí
Ni siquiera pudieron los merengues igualar la contienda. Tuvieron una oportunidad muy clara en el segundo tiempo, cuando Marco Asensio falló un penalti --más bien se lo paró el portero Rajkovic-- que habría resultado decisivo para la hipotética remontada. No logra ganar la regularidad necesaria el atacante balear, que tras el gol estratosférico que marcó hace unos días ante el Valencia sigue mostrando una de cal y una de arena.
Vinicius Jr tampoco fue capaz de desbordar ni superar a Maffeo en banda, al menos durante toda la primera mitad. En la segunda parte sí consiguió fluir en ocasiones contadas y llegar hasta la parte izquierda del área, aunque no acertó en la definición ni en el último pase.
El desgaste físico de un buen Mallorca, con ayudas constantes en defensa y un repliegue de primer nivel, sirvió para anular las intentonas merengues y provocar la desesperación en el banquillo de Carlo Ancelotti. El triple cambio del técnico italiano a falta de veinte minutos para el final, con la entrada de Alaba, Kroos y Mariano, tampoco sirvió para revitalizar al equipo blanco.
Sin Benzema no hay paraíso
El Real Madrid se volcó durante los últimos minutos en busca del empate, pero en ningún momento consiguió profundizar en la sólida defensa rojilla. Batacazo importante para el conjunto madridista, que llegará con la moral por los suelos al Mundial de Clubes y que, este domingo, podría dormir nada menos que ocho puntos por debajo del líder, el FC Barcelona.
Para que eso suceda, los de Xavi Hernández deberán vencer al Sevilla a las 21 horas --hora peninsular española-- en el Camp Nou. No lo tendrán fácil los blaugrana, pero al menos tendrán un aliciente gigantesco con el drama de los merengues en las Islas Baleares.