Casemiro protege un balón en el duelo frente al Getafe / EFE

Casemiro protege un balón en el duelo frente al Getafe / EFE

Real Madrid

Getafe y Real Madrid firman las tablas en un partido soporífero

Azulones y blancos empataron en uno de los encuentros más tediosos de la temporada (0-0)

25 abril, 2019 23:36

El Real Madrid y sus aficionados están acostumbrándose a jugar partidos soporíferos. Con la incómoda tranquilidad de ya no jugarse nada a estas alturas de temporada, el conjunto blanco salta a los terrenos de juego sin tensión alguna. Los de Chamartín ya se limitan a contar los encuentros que quedan para que finalice el curso. Tras el encuentro disputado en el Coliseum Alfonso Pérez, ya solo restan cuatro.

A decir verdad, los de Zidane enseñaron una mejor cara que en los duelos anteriores, debido con toda seguridad a que no tenían la presión que sí acumulan sus rivales. El Getafe empezó el derbi con la noticia de que el Sevilla se había aupado hasta la cuarta plaza de la clasificación tras vencer con mucha superioridad al Rayo Vallecano (5-0).

Un empate le servía al conjunto azulón. Con ese resultado, recuperaban la posición que da acceso a la Champions League, faltando un partido menos para que acabe la temporada y borrando del calendario a uno de los rivales más fuertes del campeonato. Los de Bordalás salieron a esperar y solo en la recta final se acercaron al área de Keylor Navas, que evitó hasta en tres ocasiones que los locales se llevaran la victoria.

Síntomas de mejora

Aunque no pudo pasar del empate, el Real Madrid mostró una mejor versión sobre el verde del Coliseum Alfonso Pérez. Dentro de lo tedioso que fue el encuentro en general, el conjunto blanco fue quien le puso el ritmo. Aprovechando que el Getafe esperó atrás, los de Zidane tuvieron la posesión y también las ocasiones más peligrosas.

Karim Benzema dispara a portería ante la oposición de Ignasi Miquel / EFE

Karim Benzema dispara a portería ante la oposición de Ignasi Miquel / EFE

Karim Benzema dispara a portería ante la oposición de Ignasi Miquel / EFE

Estas procedieron, como siempre últimamente, de las botas de Karim Benzema. El galo perdonó el primer tanto nada más empezar el partido: Isco le dejó solo ante David Soria, pero su disparo se marchó muy desviado del palo derecho de la portería azulona. Desbarataba así la única oportunidad de gol clara de la primera mitad.

En la reanudación el Real Madrid fue aún más superior y las ocasiones no tardaron en llegar. Pudo adelantar a los suyos Isco tras un gran pase de Benzema, pero Bruno sacó el balón bajo palos. Minutos después llegaron dos disparos lejanos de Casemiro Dani Carvajal que obligaron a David Soria a lucirse. Con el paso de los minutos, el Getafe, por necesidad, fue creciendo y los de Chamartín se fueron diluyendo en el mejor partido de la segunda etapa de Zidane.

Chispazos

La gran sorpresa de la noche fue la titularidad de Brahim Díaz. El hispanomarroquí, valiéndose de las rotaciones, pasó por delante de Marco Asensio Lucas Vázquez, mucho más relevantes para Zizou. El ex del City aprovechó los minutos para demostrar su calidad. Aunque estuvo algo irregular, completó algunas buenas acciones individuales que rompieron la monotonía del encuentro.

Brahim dispara a portería en el encuentro frente al Getafe / EFE

Brahim dispara a portería en el encuentro frente al Getafe / EFE

Brahim dispara a portería en el encuentro frente al Getafe / EFE

También se valió de la titularidad para reivindicarse de nuevo Keylor NavasThibaut Courtois volvió a la convocatoria tras varias semanas apartado de los terrenos de juego, pero el técnico confió la portería al costarricense. En la primera parte realizó una gran parada tras un disparo de Arambarri, y en la segunda su doble atajada, primero a Jorge Molina y luego a Jaime Mata, evitó que el Getafe se llevara el encuentro.

Por primera vez en la era Zidane, se empiezan a apreciar brotes verdes. El Real Madrid dominó los tempos del encuentro, tuvo más ocasiones y futbolistas como Isco Brahim demostraron que pueden ser útiles la próxima temporada. Y lo mejor para los blancos es que ya solo quedan cuatro partidos para que este fatídico curso acabe.