El ejecutivo que hace el trabajo sucio a Florentino Pérez en el Real Madrid
El mandamás blanco se cubre las espaldas con un hombre de máxima confianza cuyo trabajo pasa inadvertido
22 noviembre, 2018 12:28Este inicio de temporada ha resultado de lo más convulso para el Real Madrid. La cosa empezó mal desde las marchas de Zidane y Cristiano Ronaldo, dos auténticos varapalos para Florentino Pérez. La polémica contratación de Lopetegui para el banquillo no auguraba nada bueno. Y así fue. La peor sequía goleadora de la historia del club blanco se cebó con el técnico donostiarra. Los resultados no llegaban y en el vestuario se afilaban las espadas. Pero durante todo este tiempo Florentino tenía a su hombre de confianza trabajando entre bambalinas.
El ejecutivo que realiza el trabajo sucio en el Real Madrid es Emilio Butragueño. Oficialmente el Buitre desempeña el cargo de director de relaciones institucionales del club. Pero sus funciones van mucho más allá de aparecer ante las cámaras tras los partidos para dar un análisis de la actuación del equipo. Butragueño es como una navaja suiza que tiene todas las herramientas para reparar los desbarajustes internos del Real Madrid.
Tras completar una etapa gloriosa como jugador del Real Madrid, pasó a desempeñar funciones directivas de la mano de Florentino Pérez en el año 2000. La victoria electoral de este le situó como adjunto de la dirección deportiva. A los cuatro años fue nombrado vicepresidente deportivo del club y se hizo cargo de la dirección deportiva hasta 2006. Su camino siempre ha ido en paralelo al de Florentino. Abandonó el club con el presidente y volvió nuevamente con él en 2009. desde entonces ha sido su mano derecha.
El trabajo sucio
Sin embargo, todavía no se conocen bien las funciones de Butragueño en el Madrid. Las labores más visibles son las que realiza cara al público, como cuando atiende a la prensa o acude a los compromisos institucionales del club. Es portavoz, embajador, mediador, comercial y prácticamente lo que haga falta. Toda una figura multifunción.
Una imagen de archivo de Emilio Butragueño / EFE
Pero el principal trabajo del Buitre consiste en apagar incendios, tanto internos como choques de intereses con otros clubes o instituciones. La complicada relación del Real Madrid con la RFEF, por ejemplo, pasa por sus manos. También con la FIFA y la UEFA, organismos que Florentino Pérez desafía abiertamente con sus planes de creación de una Superliga europea. A Butragueño le toca mediar y buscar una posición conciliadora.
Butragueño se maneja como nadie en el arte de la retórica. Tiene buena imagen y se presenta como un hombre de palabra, honesto, en quien se puede confiar. Da igual que Florentino esté por detrás urdiendo sus propias insidias. El Buitre le cubre las espaldas. Como fiel escudero. O lacayo.
Fidelidad sumisa
La devoción que siente Butragueño por Florentino se hizo evidente el día en que calificó al mandamás blanco como “un ser superior”. Aquel día Butragueño se vino arriba. Se postró como Waylon Smithers ante el señor Burns. Porque en gran medida su relación guarda un cierto vasallaje. El poder de uno no se explica sin la sumisión del otro. Y viceversa. El Buitre no habría escalado sin el favor de Florentino. De ahí que pague su deuda día tras día resolviendo los problemas del presidente.