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Hansi Flick es un técnico muy metódico. Perfeccionista. Dialogante y exigente a partes iguales, está muy preocupado con el rendimiento de los futbolistas. En verano temía que el equipo se relajara, pero ya leyó la cartilla a los jugadores. Ahora busca soluciones para mejor el rendimiento del Barça.

La semana pasada fue muy dura para el Barça. El miércoles perdió contra el PSG en Montjuïc y el domingo fue zarandeado por el Sevilla en el Sánchez Pizjuán.

PSG y Sevilla

El Barça quiso, pero no pudo contra el campeón de Europa. Compitió hasta el final y su primera parte fue meritoria. Después, el PSG fue mejor. Cuatro días después, los problemas se multiplicaron. El Sevilla destrozó al equipo de Flick, muy blando en los primeros 45 minutos.

Flick busca soluciones. Muchos futbolistas rinden por debajo del nivel de la pasada temporada y jugadores que aportan calidad e intensidad, como Raphinha, Fermín y Lamine Yamal, están lesionados. La baja de Joan García también ha sido un duro golpe.

Menos chispa

El Barça es un equipo menos dinámico e intenso que el de hace un año. Flick está molesto porque sus jugadores no tienen la misma chispa y presionan menos a los rivales. Ha pedido explicaciones a los preparadores físicos y espera que el actual bajón termine pronto.

Flick, en cambio, no es partidario de introducir cambios en el equipo. Le piden que retrase la defensa para asumir menos riesgo, pero mantiene su apuesta por una línea alta. El problema es que arriba muerden menos, sobre todo cuando juegan Marcus Rashford y Lewandowski. Con menos tensión, el Barça sufre y concede demasiados espacios.

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