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Ronald Araujo, Muñiz Ruiz y Del Cerro Grande, protagonistas del Sevilla FC-FC Barcelona en la primera parte. Y no para bien. El equipo de Nervión salió con las ideas muy claras, defendiendo de manera individual y dejando vía libre al central charrúa, incapaz de salir con el balón jugado. El elenco hispalense se comió al azulgrana, pero fue una decisión arbitral la que condicionó el marcador.

Araujo tenía la posición ganada sobre Isaac Romero. El balón se iba hacia la línea de fondo botando. El empeño del delantero tuvo premio. El jugador del Sevilla peleó por el esférico hasta el final, forcejeando con Araujo con los brazos, aunque topando con la pierna del central uruguayo. Romero caía, sin pitido de Muñíz Ruiz. El Pizjuán estallaba con la posterior llamada de Del Cerro Grande desde el VAR.

La llamada del VAR

La acción, a velocidad natural, no era penalti. A cámara lenta, todo cambia, y el videoarbitaje no está para este tipo de acciones. Muñiz Ruiz señaló la pena máxima y fue el niño maravilla Alexis Sánchez el que engañó a Wojciech Szczesny desde los once metros en el minuto 13 de encuentro.

El gol dio más ánimos a una afición y a un Sevilla muy encendidos. El penalti fue un castigo demasiado severo vista la acción, pero mucho más cuestionable fue la actitud con la que el Barça saltó al terreno de juego. El equipo de Matías Almeyda superó en todos los aspectos al de Hansi Flick.

El Sevilla se impone

El Barça no tenía solución para salir de la presión ni avanzar con el balón. Jules Koundé recibió una pelota de espaldas, que controló mal, aunque defendiendo la posesión incluso con la falta del rival. Salió rebotado de la disputa y luego la perdió. El Sevilla progresó al contraataque. Vargas condujo y la puso para Romero, que definió a placer en el segundo palo en el minuto 37.

Ronald Araujo comete falta sobre Vargas durante el Sevilla-Barça EFE

La falta cometida sobre Koundé pudo ser más clara que el penalti que señalaron sobre Araujo. El partido se convirtió en una trampa para el Barça.

Reacción culé

Antes del descanso, el Barça tuvo un minuto en que recuperó la esencia. Robó el balón tras una gran presión. Pedri levantó la cabeza y avistó en el segundo palo a Marcus Rashford, el único que desbordó en ataque. El mago de Tegueste puso un pase perfecto y el artillero inglés definió de primeras, sin dejarla botar. En ellos se agarra el Barça para culminar la remontada.

Pedri esquiva a dos defensas durante el Sevilla-Barça EFE

El cuadro visitante solo pudo agarrarse a una remontada épica que nunca llegó. Porque si algo diferencia a este Barça del de la temporada pasada es el juego. El equipo de Flick no tiene centro del campo, quitando a Pedri. Ni se asienta en campo rival ni genera volumen de ocasiones.

Así, el Barça solo mejoró en actitud. Roony Bardghji lo intentó hasta en dos ocasiones, pero se topó con Vlachodimos. Lewandowski falló un penalti y ahí terminó el encuentro. El Sevilla lo sentenció en dos contragolpes. Dejó al Barça tumbado en la lona, tras el noqueo del PSG.

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