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Hansi Flick es un entrenador muy metódico y exigente. Correcto y dialogante, pero atrevido en la toma de decisiones. Hace un año, por ejemplo, apostó por Frenkie de Jong, en detrimento de Marc Casadó, cuando más tocado estaba el centrocampista neerlandés. 

El curso actual es muy exigente para Flick. El técnico del Barça sume que será más complicado que el anterior. No existe ya el factor sorpresa y teme que sus jugadores levanten el pie del acelerador. Sus malos presagios se confirmaron en los primeros partidos de Liga. Hace una semana, contra el Valencia, las cosas cambiaron.

Koundé y Fermín

Flick prescindió inicialmente de Koundé en el once titular, pero el futbolista francés ha recuperado su mejor nivel. Lo mismo pasó con Fermín. El técnico también está encantado con el rendimiento de Pedri, pero cuenta con dos futbolistas preocupados por su escaso protagonismo.

El caso más sorprendente es el de Dani Olmo. El mediapunta de Terrassa fue el fichaje estrella de la pasada temporada. Su rendimiento fue satisfactorio, pero es un jugador con muchos altibajos y propenso a las lesiones.

Christensen, futuro incierto

Dani Olmo es, hoy, más suplente que titular. Mucho más delicada es la situación de Christensen. Para Flick es el último central, por detrás de Cubarsí, Araujo, Éric García e, incluso, Gerard Martín.

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El central danés tiene contrato con el Barça hasta junio de 2026 y ya ha expresado su deseo de renovar el actual compromiso. El club, sin embargo, no le ha presentado ninguna propuesta. En verano no quiso ser traspasado ni cedido, y ahora tiene el reto de seducir a Flick. Es un central con una buena salida del balón y jerarquía.

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