Terry Venables y Josep Lluís Núñez, en la presentación oficial del Barça en la temporada 1984-85

Terry Venables y Josep Lluís Núñez, en la presentación oficial del Barça en la temporada 1984-85 Redes

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El derrumbe del Barça de Terry Venables pone en alerta a Hansi Flick: peligro con el vestuario

El técnico alemán detecta los primeros síntomas preocupantes para mantener unida y tensionada a la plantilla barcelonista

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Hansi Flick sabe que deberá reinventarse. No le queda más remedio, tras la salida de Iñigo Martínez del Barça. Su modelo defensivo tendrá que adaptarse al nuevo guion, a otros futbolistas, e intuye que la gestión del vestuario será complicada. Su caso guarda muchas similitudes con el que vivió Terry Venables, técnico idolatrado en 1985 y cuestionado un año después. Y destituido en 1987.

El expresidente Josep Lluís Núñez fichó a Venables en 1984 para iniciar una nueva etapa, tras la convulsa salida de Diego Armando Maradona. Con él se fue César Luis Menotti y el técnico inglés cambió las rutinas de trabajo e introdujo la presión avanzada en el Barça.

Lío con Schuster

Con Venables en el banquillo y Bernd Schuster como líder en el campo, el Barça ganó con autoridad la Liga 1984-85, la primera de Núñez como presidente barcelonista. El éxito, sin embargo, no tuvo continuidad y las buenas sensación se fueron al traste al negociar las primas del curso siguiente.

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El Barça, en la segunda temporada de Venables como entrenador, tuvo muchos problemas. Llegó a la final de la Copa de Europa, pero fue derrotado por el Steaua de Bucarest en la tanda de penaltis, el día que Schuster se fue al hotel antes de que acabara el partido. Núñez castigó al alemán con un año sin jugar en el equipo.

El motín del Hesperia

Venables se mantuvo fiel a sus ideas. No introdujo cambios y el Barça se convirtió en un equipo previsible. Los futbolistas pidieron que el club solucionara sus problemas con Hacienda y chocaron con Núñez. El vestuario se descontroló y comenzó una crisis que estalló en 1988. Con el motín del Hesperia.

Hansi Flick, poco antes del amistoso del Barça contra el Vissel Kobe

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Casi cuatro décadas después, Flick asume que debe reinventarse. Cambiar algunas cosas. Es posible que opte por una defensa más baja, sobre todo tras la marcha de su líder, Iñigo Martínez.

Lamine Yamal

Flick ya ha detectado síntomas para estar preocupado. El primer lío llegó con  la fiesta de cumpleaños de Lamine Yamal y su repercusión mediática. El técnico alemán nada ha dicho del festejo y, de momento, está satisfecho con el rendimiento de su estrella.

Lamine Yamal, vestido de mafioso en su fiesta de cumpleaños

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Más preocupante es el caso Ter Stegen. El pulso entre el club y el portero, a quien han retirado la capitanía y no le han dado dorsal tras negarse a firmar el informe médico de su intervención quirúrgica en Francia para solucionar sus problemas lumbares.

Fermín y Gavi

El tercer foco de tensión estalló con el pique de Fermín y Gavi, dos futbolistas que hace un año eran muy amigos y que ahora están peleados. El primero incluso provocó un tuit que borró inmediatamente para evitar otro incendio en el vestuario del Barça. Flick, de momento, calla públicamente, pero sabe que deberá tener mucho cuidado con la gestión del equipo, el gran problema que no supo abordar Venables.