La primera parte fue una oda al fútbol ofensivo. Marcó dos goles el
Real Madrid en 15 minutos y cuatro el Barcelona en la media hora final. Mbappé castigó dos veces la fragilidad defensiva del líder.
Éric García, Lamine y Raphinha (dos veces) sacaron los colores a la retaguardia madridista.
Defensa frágil
Lucas Vázquez fue, posiblemente, el jugador del Real Madrid que quedó más retratado. También sufrió horrores Tchouameni, muy lento como central. Y Fran García fue superado una y otra vez por Lamine Yamal. Al equipo de Ancelotti le faltó fútbol e intensidad. Y le sobraron despistes.
Mbappé celebra un gol en Montjuïc
EFE
El Barça, muy inspirado en media hora,
también tuvo muchos desajustes.
Pau Cubarsí, con problemas estomacales, no tuvo un buen día. Y el equipo tuvo muchos problemas para frenar las contras madridistas. Suerte tuvo de que
Víctor Muñoz fallara una clara ocasión de gol.
Barça creativo
El Barça de Flick es un equipo que asume riesgos. En el primer tramo de la temporada su defensa funcionó muy bien, con una presión asfixiante a los rivales y las líneas muy juntas. En los dos últimos meses, el equipo se ha mostrado más frágil.
El Barça celebra la victoria frente al Real Madrid en Montjuïc
FCB
El Barça es un equipo con mucho gol, creativo y directo. El Real Madrid, en cambio, es un equipo poco trabajado tácticamente. En Barcelona no supo amarrar un partido que comenzó con dos goles de Mbappé. Con Mourinho en sus buenos tiempos, la historia hubiera sido diferente. Mucho más reconocible fue el Barça, un equipo que juega sin red, pero que arrolla a sus rivales cuando la máquina está bien engrasada.