Los futbolistas del Barça celebran un gol al Real Madrid

Los futbolistas del Barça celebran un gol al Real Madrid EFE

Primer equipo

El clásico decisivo de la Liga fue una oda al fútbol de ataque: siete goles válidos y otros cuatro anulados

Mbappé y Raphinha fueron los máximos anotadores de un clásico trepidante y con muchos desajustes defensivos

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Siete goles válidos y cuatro anulados. El Barça-Real Madrid del domingo fue un partido vibrante, un lujo para los espectadores y un suplicio para los técnicos. "Todavía quedan muchas cosas por mejorar", comentó Hansi Flick, técnico azulgrana, en rueda de prensa, mientras que Carlo Ancelotti se excusaba en las bajas.
La primera parte fue una oda al fútbol ofensivo. Marcó dos goles el Real Madrid en 15 minutos y cuatro el Barcelona en la media hora final. Mbappé castigó dos veces la fragilidad defensiva del líder. Éric García, Lamine y Raphinha (dos veces) sacaron los colores a la retaguardia madridista.

Defensa frágil

Lucas Vázquez fue, posiblemente, el jugador del Real Madrid que quedó más retratado. También sufrió horrores Tchouameni, muy lento como central. Y Fran García fue superado una y otra vez por Lamine Yamal. Al equipo de Ancelotti le faltó fútbol e intensidad. Y le sobraron despistes.
Mbappé celebra un gol en Montjuïc

Mbappé celebra un gol en Montjuïc EFE

El Barça, muy inspirado en media hora, también tuvo muchos desajustes. Pau Cubarsí, con problemas estomacales, no tuvo un buen día. Y el equipo tuvo muchos problemas para frenar las contras madridistas. Suerte tuvo de que Víctor Muñoz fallara una clara ocasión de gol.

Barça creativo

El Barça de Flick es un equipo que asume riesgos. En el primer tramo de la temporada su defensa funcionó muy bien, con una presión asfixiante a los rivales y las líneas muy juntas. En los dos últimos meses, el equipo se ha mostrado más frágil.
El Barça celebra la victoria frente al Real Madrid en Montjuïc

El Barça celebra la victoria frente al Real Madrid en Montjuïc FCB

El Barça es un equipo con mucho gol, creativo y directo. El Real Madrid, en cambio, es un equipo poco trabajado tácticamente. En Barcelona no supo amarrar un partido que comenzó con dos goles de Mbappé. Con Mourinho en sus buenos tiempos, la historia hubiera sido diferente. Mucho más reconocible fue el Barça, un equipo que juega sin red, pero que arrolla a sus rivales cuando la máquina está bien engrasada.