
Deco y Hansi Flick observan un partido del Barça B FCB
Flick ya sufre los primeros síntomas de desgaste por el entorno Barça: adiós a la vida privada
El entrenador alemán paga el precio de entrenar al equipo de mayor repercusión mundial con su exposición pública fuera de los terrenos de juego
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El barcelonismo abraza a Hansi Flick como su nuevo ídolo. El técnico alemán ha revolucionado el Barça con un engranaje que ya arrasa en la Liga española y la Champions League. Independientemente de su figura, los focos mediáticos iban a enfocar al sucesor de Xavi Hernández desde el momento en el que aterrizara en Barcelona. A diferencia de sus anteriores experiencias en los banquillos del Bayern de Múnich y la selección alemana, el técnico germano apenas puede respirar en la intimidad.
El ecosistema mediático que rodea al FC Barcelona, denominado entorno, absorbe cada minuto de la vida del nuevo entrenador azulgrana. Como ha podido saber Culemanía, Flick no está molesto con los medios, pero sí sorprendido con el revuelo de su vida cotidiana fuera de los terrenos de juego. La delgada frontera entre el personaje público y su lado personal se ha desvanecido. Ni siquiera pudo zafarse de los medios de comunicación recientemente en la comida de su 60 cumpleaños con miembros del staff y la comisión deportiva, pues varios reporteros lo esperaban a su llegada al restaurante Ikibana.
Los reporteros en Ikibana
Cerca de su residencia en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi, Flick sopló las velas de su aniversario en el restaurante Ikibana Sarrià, como desveló en primicia Crónica Global. Los integrantes del cuerpo técnico, un exmiembro como Thiago Alcántara, componentes de la comisión deportiva como Deco, Bojan Krkic e incluso el cuñadísimo Alejandro Echevarría acudieron a la celebración. Si bien estaba previsto inicialmente, finalmente los jugadores se ausentaron del ágape.
Aquel viernes 28 de febrero, varios medios como el diario Sport aguardaban a Flick y grabaron su entrada en el local. Nada más ver el tumulto de reporteros en la entrada de Ikibana, el estratega teutón dijo con una sonrisa de circunstancias: "Es privado, eh". Lo cierto es que aquel episodio molestó al míster, que no comprende el ruido mediático de cada acción de su vida privada en la capital catalana. Aun así, lo ha asumido con resignación, consciente de que forma parte del precio a pagar por entrenar en uno de los clubes futbolísticos de mayor repercusión mundial.
Gustos culinarios desvelados
No es la primera ocasión que los medios cubren la llegada de la plantilla y el cuerpo técnico barcelonistas a una comida. El 10 de septiembre, tras protagonizar un inicio de Liga fulgurante, Flick se llevó al cuerpo técnico de comida para hacer piña en Can Ferran. Ahí estaban los periodistas, móvil en mano, captando la entrada del staff en el establecimiento en Sant Quirze del Vallès.

Hansi Flick con Víctor Pardo, chef de Can Ugal REDES

Hansi Flick, entrenador del Barça, en Can Ugal REDES
Del mismo modo, se conoce la predilección del míster por la comida delicatessen servida y repartida a domicilio en el Semon, y las propuestas culinarias de Can Ugal y La Cúpula del Garraf. Ni sus gustos culinarios han podido permanecer en secreto, pese al perfil bajo que Flick pretende mantener en la Ciudad Condal.
Castigos filtrados
Dentro del club, el ganador de un sextete tampoco ha conseguido proteger al vestuario en una caja hermética, puesto que ya han trascendido los cuatro castigos aplicados por los retrasos de los jugadores. Como se había filtrado en los medios, Pedri reconoció en una entrevista con el humorista Dani Martínez el banquillazo a modo de escarmiento para Jules Koundé en el Alavés-Barça, tras presentarse impuntual en una charla táctica: "Ya lo hizo una vez, con un jugador, fue Jules Koundé ante el Alavés".
Desde entonces, cada pena impuesta por el míster ha traspasado la barrera mediática. Iñaki Peña se perdió las semifinales de la Supercopa por decisión técnica tras una falta de puntualidad, y el propio central francés empezó desde el banquillo el derbi contra el Espanyol y volvió a demorarse para una reunión con el cuerpo técnico antes de medirse al Rayo Vallecano.

Jules Koundé y Pau Cubarsí defienden una volea de Álvaro García en el Barça-Rayo EFE
Flick intentó mantener el secretismo, preguntado en los instantes previos a recibir al cuadro franjirrojo, pero no tuvo más remedio que salir al paso en rueda de prensa, con un tirón de orejas en público al defensor: "No es una cuestión de respeto hacia mí, sino también hacia el resto de jugadores, el club, la afición. Lo dejo aquí de momento, porque quiero hablar con él. Pero sí, ha llegado tarde. Es una norma clara de la casa. No puede pasar y es lo que ha pasado hoy".
Las ruedas de prensa
La supervivencia en las tres competiciones provoca que la dinámica de las ruedas de prensas, reducidas a 12 preguntas respecto a su antecesor Xavi, se haya tornado repetitiva. El técnico egarense ya aseguró ante los medios que consideraba innecesarias las rondas de preguntas previas a los encuentros. Y a su homólogo alemán tampoco le entusiasman.

Hansi Flick, durante la rueda de prensa del Benfica-Barça de Champions FCB
En la víspera de medirse al Osasuna, un periodista ha preguntado al técnico azulgrana por las diferencias que aprecia entre el Barça, y el Bayern y el Hoffenheim, sus clubes anteriores. Visiblemente cansado tras la intensa noche saldada con triunfo en Lisboa, Flick ha resoplado y ha consultado a Sergi Nogueras, responsable de comunicación del primer equipo, cuántas preguntas quedaban. Tras responder la cuestión, ha concluido la intervención ante los medios, más corta de lo habitual.
El ciclo de Xavi
Flick vela por una relación cordial con los medios, sin excederse en las confianzas, pero ya ha comprobado de primera mano que no puede huir de los focos ni en sus días de descanso. Es un ciclo que ya han experimentado otros inquilinos del banquillo azulgrana como Xavi Hernández.

Xavi Hernández, en una rueda de prensa como entrenador del Barça EFE
Cuando los resultados y el juego no acompañaban en un curso 2023-24 ciclotímico, la relación del técnico egarense con el famoso entorno se deterioró. El preparador catalán pasó la factura al periodista Ramón Besa después de eliminar al Nápoles en Champions League.
"Ha habido mucha crítica injusta de periodistas que cubren la actualidad del Barça, se dijo que éramos el bufón de la Champions, ¿qué hacemos ahora?", preguntó en tono irónico en rueda de prensa. Aquella relación tóxica terminó en una despedida aciaga en la misma sala de prensa: "Gracias a todos. Aunque muchos no os lo creáis, os echaré de menos".
Hermetismo de Guardiola
En este siglo XXI, la proliferación de los medios deportivos en can Barça ha ocasionado más restricciones de la entidad que preside Joan Laporta a los periodistas. El tiempo de las ruedas de prensa de Flick se acota a unos 15 minutos, en comparación con unas comparecencias de Xavi que se extendían prácticamente media hora.

Txiki Begiristain, Pep Guardiola, Joan Laporta y Carles Puyol posan con los trofeos de Copa, Champions y Liga en 2009 FCB
Pep Guardiola inició esta política de blindaje de la primera plantilla. El técnico de Santpedor no concedió ni una sola entrevista personal durante sus cuatro años como entrenador del primer equipo barcelonista. Las entrevistas a los jugadores también se redujeron hasta el extremo de brindarlas con cuentagotas. La leyenda barcelonista se negaba a que pudiese trascender cualquier entresijo del vestuario para centrar los cinco sentidos de sus pupilos en los objetivos deportivos.

Pep Guardiola en la final de Wembley 2011 EFE
Además, apremió a la junta directiva con la apertura de los nuevos campos de entrenamiento en la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí, para trasladarse a las nuevas instalaciones. Así, los medios de comunicación quedaban aislados en la nueva sala de prensa, ubicado en un extremo del recinto. En cuanto a los entrenamientos, el paso de Pep por el Barça marcó un antes y un después. Anteriormente, los periodistas podían presenciar los 15 primeros minutos de todas las sesiones, excepto las previas y postpartidos. Desde entonces, la presencia de la prensa en los entrenos se minimizó a petición del míster.