El Barça es el club más ciclotómico del mundo. Fijo. Comenzó el día con un voto de censura aplazado y renegando de Joan Laporta y terminó con las inscripciones de Dani Olmo y pau Víctor, corte de mangas del presidente y victoria del equipo de Hansi Flick contra el Athletic (1-2) en un partido en el que tiró de oficio. Ya está el grupo azulgrana en la final de la Supercopa y ahora espera el desenlace de la otra semifinal entre el Real Madrid y el Mallorca. En apenas 12 horas, el estado de ánimo del barcelonismo cambió por completo. Ahora habrá días de tregua, pero el domingo volverá a ser un día especial. Flick, tal vez la persona más sensata, sueña con ganar su primer título en Barcelona, pero sabe que un derrota reabrirá la caja de los truenos. Así son el Barça y su entorno.
El Barça ya tiene la cautelar para inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor, pero las licencias no podrán activarse hasta el jueves. Hansi Flick, en cambio, se encomendó a Lamine Yamal, recuperado ya de su lesión. Más sorprendente fue la apuesta por Szczesny, titular en detrimento de Iñaki Peña. Los otros nueve futbolistas titulares fueron Koundé, cubarsí, Iñigo Martínez, Balde, Casadó, Gavi, Pedri, Raphinha y Lewandowski.
Primeras ocasiones
El partido arrancó con un Barça muy enchufado que pudo marcar en dos tempranas acciones de Koundé y Raphinha. La intensidad barcelonista sorpredió al Athletic, que no pudo contar con Sancet y Nico Williams empezó en el banquillo.
Apretaba el Barça y resistía el Athletic, batido en una jugada de tiralíneas entre Pedri, Balde y Gavi, cada vez más entonado y futbolista imprescindible por su carácter y entrega. Su primer gol del curso fue muy celebrado en el banquillo azulgrana.
El error de Paredes
El Athletic quedó aturdido ante un Barça que recuperó algunas señas de identidad impuestas por Flick. Un error de Paredes pudo tener un efecto todavía más devastador para los rojiblancos, salvados por Unai Simón, tras un doble remate de Raphinha y Lamine Yamal.
El Barça, sin embargo, levantó el pie del acelerador a la media hora y reaccionó el Athletic, liderado por Berenguer. La pelota cambió de dueño, pero Iñaki Williams no tenía su día.
El gol de Lamine
El segundo acto comenzó con un Barça mejor posicionado, con las ideas más claras, alternando pases en corto con largos desplazamientos. Raphinha avisó, pero fue Lamine Yamal quien batió a Unai Simón tras recoger una asistencia de Gavi tras pérdida de balón rojiblanca.
El Athletic nunca tuvo buenas sensaciones. No encontró la fórmula para inquietar a un Barça que en el tramo final se defendió con el balón. Tocaban y tocaban los barcelonistas ante un rival desnortado. Solo Frenkie dio la nota, salvado de milagro con el gol anulado a Iñaki Williams. Flick, poco expresivo, estaba tranquilo a pie de campo y Laporta se relajaba en su butaca en un estadio con muchos lujos pero sin alma, normal en Arabia Saudí, posible escenario de la resurreción culé.