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El Barça vive días de gloria. Días felices. Si la victoria contra el Bayern fue un claro aviso a sus rivales en la Champions, la goleada del Bernabéu coloca al equipo azulgrana como claro favorito al título. En Madrid muchos futbolistas salieron reforzados, sobre todo Lewandowski, Lamine, Raphinha e Iñaki Peña. La cara B fueron Fermín y, sobre todo, Ansu Fati.

Hansi Flick movió muy bien el banquillo en el Bernabéu. La entrada de Frenkie de Jong fue decisiva para que el Barça tuviera el control de la pelota en la segunda parte. También Dani Olmo revitalizó al equipo con ventaja en el marcador y el técnico premió a Gavi con su entrada en el tramo final del clásico. En cambio, prescindió de Ansu Fati.

La caída de Ansu

El delantero heredó el dorsal número 10 de Messi en 2021 y renovó su contrato hasta 2027. Su lesión de rodilla, que necesitó cuatro operaciones, y sus problemas musculares frenaron la progresión de Ansu, un futbolista que tenía mucha chispa y gol.

Flick pudo dar entrada a Ansu Fati, pero no lo hizo, encantado con el rendimiento de sus delanteros. El técnico alemán sabe que no lo tendrá fácil para mejorar la actual versión del futbolista de Guinea Bissau.

Fermín y Frenkie de Jong

Fermín también se fue del Bernabéu algo preocupado. Aportó intensidad y trabajo en la primera parte, pero el Barça necesitaba más control, una mejor salida del balón, y la encontró con Frenkie de Jong. El internacional neerlandés leyó perfectamente las urgencias madridistas.

Fermín López durante una acción del Barça-Sevilla (5-1) EFE

Ansu Fati, en una jugada del Barça-Sevilla en Montjuïc FCB

Flick tiene el reto de mejorar el rendimiento de Frenkie de Jong, un futbolista muy dinámica, que rompe líneas. El neerlandés deberá mejorar su actitud defensiva en la misma medida que Fermín debe entender mejorar las necesidades del equipo en cada momento.

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