Hansi Flick ya sabe que le espera un parto complicado en el Barça, un equipo que no supo reinventarse y que busca el antídoto para solucionar su depresión futbolística. Todavía esta verde el nuevo proyecto, con muchos futbolistas sin ritmo y algunos males enquistados. A cinco días del inicio de la Liga contra el Valencia en Mestalla, un campo de armas tomar, el Barça parece apagarse tras unos prometedores inicios en Estados Unidos. El Mónaco, con muy poco, le derrotó en el Joan Gamper (0-3), un torneo que también vivió días de esplendor y que ahora solo atrae a turistas y aficionados esporádicos.
El Barça de Flick es un equipo en construcción, más directo y vertical que el de Xavi. También más intenso en la presión. Algunas cosas, sin embargo, no cambian. Koundé, central por definición, sigue jugando en la banda derecha por necesidades del guion. Y Tampoco ha fichado el club un mediocentro de rendimiento inmediato por su delicada situación económica.
Última prueba
En el Gamper, en la última prueba antes del estreno de la Liga, Flick alineó a Ter Stegen, Koundé, Iñigo Martínez, Christensen, Balde, Marc Casadó, Marc Bernal, Pau Víctor, Pablo Torre, Raphinha y Robert Lewandowski contra el Mónaco. Dani Olmo, recién incorporado, ni tan siquiera estuvo en el banquillo. Igual que Éric García y Cubarsí.
Con Flick, el Barça sale como una moto y en el Gamper se quedó pronto sin gasolina. Es un equipo con hambre y Pau Víctor ya pudo marcar en el primer minuto tras una acción individual de Raphinha por la banda izquierda. En el ataque estático, sin embargo, todavía faltan ideas, precisión y soluciones ante defensas cerradas. Los movimientos defensivos también deben ajustarse mejor.
Pablo Torre, futuro incierto
El Mónaco, con las líneas muy juntas, fue apagando al Barça, más voluntarioso que brillante, con Pablo Torre de mediapunta, una posición en la que Pedri, Gundogan, Fermín y Olmo se disputará una plaza muy codiciada. Con Flick, el cántabro tiene mejores sensaciones, pero su futuro es incierto. Igual que el de Ansu Fati, mientras que Lenglet y Vitor Roque están sentenciados.
Tras el descanso, Sergi Domínguez y Gundogan entraron por Christensen y Pablo Torre. Buscaba más dinamismo y profundidad Flick, pero fue el Mónaco quien golpeó primero con el gol de Camara. Su gol silenció a los 41.416 espectadores que subieron a Montjuïc.
El segundo gol de Embolo
El gol dejó tocao al Barça. Seis minutos después, Embolo se aprovechó de otra indecisión de la defensa azulgrana para marcar el segundo gol que fue recibido con los primeros pitos del nuevo curso. Con todo en contra entraron Héctor Fort, Gerard Martín Ferran y Lamine Yamal por Koundé, Balde,Gundogan, y Lewandowski.
El partido pintaba muy, pero nada excita más a los barcelonistas que Lamine Yamal. No es Messi, ni mucho menos, pero es el nuevo ídolo de la afición azulgrana, deseoso de nuevos referentes y futbolistas diferentes. Lamine, sin embargo, todavía no ha puesto la directa y el Barça no encontró soluciones ante un Mónaco que agrandó la brecha a cinco minutos del final. Mucho, demasiado, le falta al equipo de Flick para ser competitivo.