El Barça es un equipo bipolar. Indescifrable y patético. En Montilivi, el equipo de Xavi Hernández entregó la Liga al Real Madrid y fue superado por el Girona en la clasificación. Ni tan siquiera tiene garantizado que la próxima temporada jugará la Supercopa de España. El curso acabará en suspenso, y las consecuencias deportivas y económicas pueden ser letales para un club en crisis, demasiado crispado y totalmente desnortado. Sufre el Barça y festeja el Real Madrid, campeón de Liga y candidato a ganar también la Champions. El Girona, mientras, podrá presumir de ganar sus dos duelos contra el conjunto barcelonista y de clasificarse, por primera vez en la historia, para la Champions.
Xavi cambió el guion de los últimos partidos. Fue más precavido al dar entrada a Sergi Roberto por Raphinha, mientras que Pedri fue, una vez más, suplente. En el Girona, Míchel fue con todo en Montilivi en otro duelo especial. Con mucho morbo, que tuvo un inicio inesperado, con el temprano gol de Christensen (también marcó en París y el Bernabéu) y la réplica inmediata de Dovbyk.
Savinho y Koundé
En menos de cuatro minutos, Girona y Barça ya habían marcado un gol. Y el vendaval ofensivo continuó con remates de Gundogan y Lewandowski. Calmado poco después el partido, el equipo de Míchel se encomendó a Savinho para castigar a Koundé, sufridor en muchas ocasiones.
Cancelo, un lateral con alma de extremo, y Éric García, defensa del Barça cedido al Girona, mantenían otro intenso duelo en la banda opuesta. Gundogan, entre líneas, pudo marcar en un cabezado a los 32 minutos.
Problemas para el Girona
El Barça tocaba y tocaba, y el Girona sufría con las apariciones desde la segunda línea de Gundogan y Fermín, a veces algo acelerado. También inquietaba mucho Lamine Yamal, derribado por Miguel poco antes del descanso. Hernández Hernández ignoró inicialmente la acción, pero el VAR le mostró que era un penalti claro. Lewandowski no perdonó.
El Girona tuvo que asumir más riesgos en la segunda parte. Ya no encontró tantos espacios y tuvo que multiplicarse para evitar que el Barça se defendiera con el balón, ralentizando el ritmo del partido y buscando el momento adecuado para golpear a los rojiblancos. Yamal, siempre Lamine Yamal, fue un incordia para la retaguardia local y para Gazzaniga, acertado en un remate cruzado de Cancelo.
Reacción del Girona
El sufrimiento del Girona contrastaba con la seguridad del Barça hasta que Míchel dio entrada a Portu y a Sergi Roberto se le cruzaron los cables. El capitán azulgrana retrasó el balón y Dovbyk se encontró con un regalo inesperado. No quiso jugársela ante Ter Stegen y asistió a Portu, que empató tras tocar por primera vez la pelota.
El gol de Portu tuvo un efecto devastador para el Barça. Un minuto después, Miguel marcó el tercer tanto rojiblanco tras otro error del equipo de Xavi en el centro del campo y Montilivi estalló de felicidad. El técnico azulgrana, cabizbajo, movió rápido su banquillo y dio entrada a Pedri y Raphinha. Pero el partido ya era de Portu, que sentenció con un derechazo que destrozó al Barça, rendido ya en la Liga y superado por el Girona en la clasificación. Peor, imposible poco después de dar continuidad al proyecto de Xavi.