El Barça se despidió de la Liga en el Bernabéu. Jude Bellingham, la gran sensación de la Liga, sentenció al equipo de Xavi Hernández en un curso horrible. La distancia entre los dos colosos de España ya es de 11 puntos, una distancia sideral que retrata las miserias barcelonistas, de un Xavi impotente, de un Laporta superado y de unos futbolistas con más nombre que rendimiento. La semana negra del Barcelona contrastó con la semana grande madridista.
Xavi dio entrada a Christensen por Pedri respecto al equipo que, cinco días antes, fue zaradeado por el PSG en la Champions. Quería más músculo y equilibrio el técnico azulgrana. En el Bernabéu, el Barça jugó, de entrada, con Ter Stegen; Koundé, Araujo, Cubarsí, Cancelo; De Jong, Christensen, Gündogan; Lamine Yamal, Lewandowski y Raphinha. En el Real Madrid, Ancelotti apostó por Lunin; Lucas Vázquez, Tchouaméni, Rüdiger, Camavinga; Modric, Valverde, Kroos, Bellingham; Vinicius y Rodrygo.
El gol de Christensen
Christensen, curiosamente, castigó las dudas del Real Madrid en el arranque del Clásico, penalizando a un Lunin errático. Poco después, Lamine Yamal envió otro mensaje a la defensa madridista, pero las buenas sensaciones barcelonistas se diluyeron muy pronto, con un error de Cancelo que terminó en penalti de Cubarsí a Lucas Vázquez que transformó Vinicius.
El Clásico se animó. No fue un partido exquisito, pero sí intenso y con la habitual dosis de polémica, retratada con el gol fantasma de Yamal, que desvió un centro de Raphinha, y Lunin, desde dentro de su portería, despejó la pelota. Ni las imágenes del VAR pudieron aclarar si el balón entró totalmente o no.
Problemas para Camavinga
El Madrid era un equipo con muchos vaivenes. Más reconocible era el Barça, y sobre todo Yamal, una pesadilla constante para Camavinga. El grupo de Ancelotti, por su parte, se encontraba más cómodo cuando podía correr. La peor noticia para los barcelonistas, sin embargo, fue la lesión de Frenkie de Jong, con otro problema muscular, que fue sustituido por Pedri poco antes del descanso.
El segundo acto comenzó con otro cambio. Fermín entró por Christensen. Xavi dejaba claro que quería ganar el partido a un Madrid con menos chispa que habitualmente, con síntomas de cansancio tras su gesta en el Etihad Stadium, en la Champions.
Más cambios
Quería pero no podía el Barça, con más actitud que fútbol. Se le escapaba la Liga al equipo azulgrana y Xavi agitó un poco más a su equipo con Ferran Torres y Joao Félix por Raphinha y Lewandowski, porque el único delantero que no se toca es Yamal.
En el Madrid, Ancelotti fue más conservador. No quería tocar nada el técnico italiano, pero otro error de Lunin, a remate lejano de Yamal, fue mal despejado por el portero madridista y Fermín marcó el segundo gol del Barça.
El gol tuvo un efecto efímero para el Barça, que no supo cerrar bien su defensa. El Real Madrid, con poco, con otra acción individual de Vinicius rematada por Lucas Vázquez le bastó para empatar de nuevo. Cancelo, otra vez él, ni se enteró de qué pasaba por su banda. El empate era un mal resultado, pero mucho peor fue la derrota, rubricada tras el gol de Bellingham en un Bernabéu eufórico que dio la puntilla a un Barça que necesita muchos cambios.