El Barça desespera. Incluso cuando gana. El equipo de Xavi se impuso al Celta en Balaídos gracias a dos goles de Robert Lewandowski. El segundo, de penalti. Y, al segundo intento. Hubo muy pocos brotes verdes en Vigo y, al menos, cinco suspensos.
Xavi Hernández sabe que necesitará la mejor versión de su equipo para eliminar en la Champions. Si no lo consigue, la temporada será una ruina. El curso se le está haciendo muy largo al Barça, asumiendo que acabará con suspenso. En Vigo, el grupo azulgrana repitió muchos errores cometidos en los últimos meses. Muchos jugadores están por debajo del nivel habitual.
Problemas en defensa
En defensa, Koundé es una mala fotocopia del defensa solvente de la pasada temporada. Partido tras partido, comete errores infantiles. Absurdos. Está lento e inseguro, y su futuro en el Barça es incierto. Si llega una buena oferta, se irá a otro equipo.
Cancelo tampoco es un futbolista fiable. Aporta mucho en ataque, pero en defensa es poco intenso. El Celta intentó atacar por su banda, consciente de sus lagunas. Con una defensa de tres centrales, el portugués puede ser un gran lateral.
El centro del campo no funciona
Christensen también lo pasó mal en Vigo. Como mediocentro, tiene problemas en la construcción. Tampoco es ágil, pero sí dota al Barça de una mayor seguridad defensiva. Debe mejorar los automatismos.
Mucho más preocupante es la irregularidad de Pedri. El centrocampista internacional tiene destellos de gran clase, pero su fútbol es muy intermitente. Demasiado. Tampoco está tan inspirado como en él es habitual. Ya no es el futbolista que filtraba pases entre líneas. Debe mejorar su conexión con Lewandowski.
Vitor Roque, desubicado
El último suspenso fue para Vitor Roque, que jugó por la banda izquierda. Como extremo, baja mucho. Tiene pegada y velocidad, pero le falta regate. De momento no mezcla bien con Lewandowski.