El Barça ha sido el club de la Champions que menos invirtió en fichajes el pasado verano. Solo gastó 3,4 millones de euros por Oriol Romeu, centrocampista del Girona, para suplir la baja de Sergio Busquets. La operación, muy celebrada al principio, no parece ahora ser tan rentable. El mediocentro es suplente y su futuro, incierto. Romeu, sin embargo, aprieta y espera tener su oportunidad ante el Girona.

El Barça-Girona es un partido especial para Oriol Romeu. El mediocentro de Ulldecona jugó la pasada temporada en Montilivi y fue una pieza clave para Míchel Sánchez. Sus buenas actuaciones no pasaron desapercibidas para la dirección deportiva azulgrana, y Mateu Alemany, exdirector de fútbol, cerró su fichaje, tras descartar otras opciones mucho más costosas.

Xavi quería a Martín Zubimendi o Kimmich para suplir a Busquets. Sin embargo, el Barça no pudo abordar sus fichajes por motivos económicos. Romeu ni tan siquiera era el plan B, pero finalmente llegó al club azulgrana.

Frenkie de Jong, el mejor socio

Romeu comenzó como titular. Con Frenkie de Jong a su lado, jugó los mejores partidos. Xavi destacaba su contundencia defensiva, pero pronto quedaron en evidencia sus limitaciones. No era pulcro en la salida del balón y sufría mucho con los balones a su espalda.

Oriol Romeu controla el balón ante el Rayo

Con el Barça, Oriol Romeu, de 32 años, ha jugado 17 partidos en los que no ha marcado ningún gol y solo ha dado una asistencia. Su actual valor de mercado es de cinco millones de euros, según Transfermarkt.

La profesionalidad

Xavi, mientras, agradece la profesionalidad de Romeu en los entrenamientos. Nunca ha tenido ningún reproche hacia el futbolista y el diario Sport recordó una anécdota suya mientras militaba en el Southampton.

Oriol Romeu era, habitualmente, titular. Jugaba casi todos los partidos hasta que Mark Hughes prescindió de él durante dos partidos. El futbolista, lejos de pedirle explicaciones al técnico, le comentó que quería jugar con el segundo equipo para no perder la forma.

Xavi, mientras, insiste en que todos los jugadores acabarán teniendo su oportunidad. Oriol Romeu, muy fuerte mentalmente, la espera sin rechistar. Y le gustaría tenerla ante el Girona, el equipo que le encumbró.

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