La excusa de Xavi: los fichajes que pidió y los que le han traído

La dirección deportiva del FC Barcelona intentó lo posible --y lo imposible-- para saciar las exigencias de Xavi Hernández en el pasado mercado de fichajes. Sin embargo, poco se parece la plantilla que dirige el técnico del Barça con la que imaginaba en sus sueños a principios de verano. Es la principal excusa que avala el descarrilamiento del equipo azulgrana en los últimos encuentros. Tan solo Ilkay Gundogan e Iñigo Martínez han satisfecho las prioridades del míster en la ventana de traspasos.

Xavi pidió al capitán del Manchester City, y así se lo trajeron. Como agente libre, tras haber levantado un triplete a las órdenes de Pep Guardiola, el volante alemán cambió la fría Inglaterra por el calor del Estadi Olímpic Lluis Companys. Aunque parece que en Barcelona también hace frío.

Precisamente, el 14 del Barça lo probó todo y más en Hamburgo para caer con impotencia contra el Shakhtar Donetsk (1-0). El mediocampista de 33 años no encontró con asiduidad a sus compañeros, rodeado de una maraña de piernas que había acumulado el conjunto ucraniano por dentro.

Lateral defensivo

Tampoco pudo sumar a su plantilla Xavi un lateral diestro de perfil defensivo. Desde 2022, el técnico catalán se había empeñado en la incorporación de Juan Foyth, con una cláusula desorbitada de 54,6 millones de euros. Al contrario, Deco puso el ojo en Joao Cancelo, un carrilero con alma de extremo. El jugador luso ha hecho su servicio, pero en partidos de mayor exigencia ante la Real Sociedad y el Real Madrid, el entrenador ha preferido alinear una zaga de tres centrales. 

Joao Cancelo conduce el balón, presionado durante el Shakhtar-Barça EFE

La otra prioridad en la lista, fichar a un defensor zurdo, sí que llegó a buen puerto. No disputó ni un solo minuto frente al Shakhtar, pero Iñigo Martínez es el único central que usa preferentemente la pierna izquierda. El exdirector de fútbol del club, Mateu Alemany, trabajó en su aterrizaje a coste cero desde 2022. 

Delantera de circunstancias

En la línea de ataque, más de lo mismo. Xavi tenía entre ceja y ceja a su debilidad: Bernardo Silva. Pero no hubo manera. La entidad presidida por Joan Laporta no alcanzó las pretensiones económicas del Manchester City, por lo que el atacante luso renovó su contrato hasta 2026.

Bernardo Silva e Ilkay Gundogan comparten un momento durante un partido del Manchester City REDES

Para más inri, el estratega de Terrassa perdió a Ousmane Dembelé, una de las piezas más codiciadas del equipo y el futbolista con mayor desborde en la primera plantillla --antes de irrumpir Lamine Yamal--. A la que apareció el PSG para cubrirse las espaldas en caso de posible salida de Kylian Mbappé, el mosquito no dudó en abandonar el Camp Nou.

Ousmane Dembelé, durante su presentación con el Paris Saint-Germain REDES

En su defecto, otro Joao firmó con el Barça. Joao Félix recaló en calidad de cedido, como su tocayo. Además del nombre, comparten la consideración de plan B, porque el entrenador no contaba con sus respectivos fichajes. En conclusión, el conjunto de la capital catalana carece de un extremo izquierdo puro, pues el delantero de 23 años juega por dentro y libera el carril para Alejandro Balde. El técnico solicitó la incorporación de Yannick Carrasco, pero no hubo forma de rebajar la opción de compra que oscilaba entre los 15 y los 20 millones.

Sucesor de Busquets

También quedó pendiente de solventar el relevo de Sergio Busquets como mediocentro, al menos, a largo plazo. Porque Oriol Romeu cumple su función de refuerzo low-cost, pero no se acerca a la visión de juego superlativa del pivote de Badia del Vallés. Xavi tenía en mente nombres más cotizados en el mercado como Martin Zubimendi y Joshua Kimmich. En su lugar, vino el mediocentro oriundo de Ulldecona.

Oriol Romeu es recibido por sus nuevos compañeros del Barça en el entrenamiento

Si bien Laporta exhibía satisfacción tras sonar la campana del mercado de fichajes veraniego, la realidad todavía no se acerca a cumplir los objetivos deportivos. El Barça no ató la clasificación a los octavos de Champions League, aunque depende de sí mismo para lograrlo. En Liga, el equipo de la Ciudad Condal ocupa la tercera posición, a dos puntos del eterno rival y a cuatro de la gran revelación: el Girona de Míchel.