Oporto es una ciudad que trae buenos recuerdos al Barça. Y, sobre todo, a Leo Messi. El ahora jugador del Inter de Miami debutó con el primer equipo azulgrana en el Estadio do Dragao el 16 de noviembre de 2003, con Frank Rijkaard como entrenador.
Rijkaard dio la primera oportunidad a Messi en un partido amistoso. En la inauguración oficial del Do Dragao. Entonces, José Mourinho era el entrenador del Oporto, que meses después se proclamó campeón de Europa.
En el Barça, Leo Messi era la gran joya de la cantera. Todavía no era un futbolista conocido por el gran público, pero ya apunta alto. Muy alto.
El debut en Oporto
Messi solo jugó 20 minutos en Oporto, pero ya dejó destellos de su descaro y de su gran clase. No marcó, pero dispuso de una clara ocasión.
Rijkaard apuntó el nombre de Messi, que debutaría en Montjuïc contra el Espanyol en partido oficial. Fue casi un año después, el 16 de octubre de 2004. Y, desde entonces, su protagonismo fue cada vez más importante. Hasta ser el gran crack del Barça y, posiblemente, el mejor futbolista de toda la historia.
La Champions
Veinte años después, el Barça regresará a Oporto. No será en un partido amistoso, sino de la fase de grupos de la Champions, la eterna pesadilla del club desde 2015. Desde una bonita noche de Berlín que ya solo es un recuerdo.