El Barça tiene un problema de pegada. Una carencia que quedó en evidencia la pasada temporada. Y la anterior. El fichaje de Robert Lewandowski no fue suficiente para dar un salto de calidad y el equipo se abonó al 1-0 en muchos partidos. En otros, incluso fue incapaz de marcar y acabó el curso en una dinámica muy negativa. En Getafe, el Barça parecía el mismo Barça del pasado mayo.
Xavi ya había avisado de que al Barça le esperaba un partido duro en el Coliseum. El Getafe es, posiblemente, el equipo más incómodo y desagradable para los barcelonistas, que suman ya cuatro años sin marcar en un campo maldito.
La pasada temporada, el Barça también arrancó el curso con un empate sin goles ante el Rayo, en el Camp Nou. Después, el equipo puso la directa y ganó la Liga con gran autoridad.
La eclosión de Balde
Xavi sacó conclusiones después del partido contra el Rayo. El técnico se cargó a Jordi Alba y una semana después, en San Sebastián, alineó a Balde. Fue el principio de la eclosión del lateral barcelonés.
El técnico de Terrassa introdujo más cambios durante la temporada. El más importante, la renuncia a jugar con dos extremos. Xavi optó por reforzar el centro del campo con un cuarto jugador y pidió a Balde que fuera atrevido en ataque.
Las cifras del Barça
El Barça dominó la Liga tras su derrota en el Bernabéu gracias a su intensidad defensiva. En ataque, en cambio, el equipo estuvo muy plano. Solo marcó 70 goles en 38 jornadas. El promedio fue de 1,8 goles por partido, una cifra muy discreta.
Conquistada la Liga, el Barça se relajó. El equipo perdió en los campos del Valladolid (3-1) y el Celta (2-1) y también cayó en el Camp Nou contra la Real Sociedad (1-2). Entró en una dinámica negativa que deberá cortar inmediatamente.