Raphinha quiere conseguir grandes éxitos en el Barça. Y es consciente de que, para que eso suceda, todos deben remar en la misma dirección sin desfallecer. En las últimas horas, el extremo brasileño ha concedido una entrevista al programa Tot Costa de Catalunya Ràdio, en la que ha explicado las sensaciones que está teniendo en sus primeros siete meses como jugador azulgrana.
Raphinha se ha mostrado muy ilusionado con la posibilidad de conquistar la que sería su primera Liga, un pensamiento que pretende trasladar a todo el vestuario: "Hay mucha ilusión. Los últimos partidos no han ido tan bien, pero estamos haciendo una temporada buenísima. Veo mucha ilusión en el vestuario, porque es la Liga", señala, añadiendo lo siguiente: "Si hay gente que no está ilusionado con esto, no debería estar aquí".
Advierte el brasileño, no obstante, que la Liga no está ni mucho menos ganada hoy por hoy, sino que es necesario seguir remando hasta que sea definitivo. "Intento no pensar que la Liga está hecha. Las cosas en el fútbol pueden ir mal, y si van mal debemos tener cabeza para pensar que hay más partidos y dependemos de nosotros mismos. Estamos centrados en los partidos que quedan", remarca.
Los números que se exige Raphinha
En esta coyuntura, Raphinha valora los últimos triunfos cosechados por el equipo, a pesar de que el juego ha dejado que desear en varios tramos de esos encuentros: "Estos dos últimos partidos fueron mal, pero conseguimos la victoria y para todos es lo más importante, porque es lo que nos puede dar la Liga. Tenemos que mejorar, pero jugar partidos cada tres días pesa un poco y esta semana limpia fue importante para recuperar y descansar. En el entrenamiento he visto que necesitábamos descanso para volver mejor".
En el ámbito personal, Raphinha está contento con su vida en Barcelona y con la adaptación que está teniendo en el conjunto azulgrana. "Nunca estoy satisfecho. A principio de temporada escribo en un papel los números que quiero alcanzar. Cuando llego a un equipo nuevo, me marco como objetivo anotar diez goles y repartir diez asistencias. Y si llego, subo a cinco goles y cinco asistencias más. Ahora estoy cerca de mi primer objetivo, pero con ocho goles y nueve asistencias aún no estoy satisfecho. Me gusta hacer más y más y más", remarca el brasileño, exigente.
Un futbolista de sangre caliente
Suele pasarle que analiza sus actuaciones de forma obsesiva, quizás demasiado. "En muchos partidos doy muchas vueltas a lo que ha pasado. Siempre intento llegar a la máxima nota. Y esta temporada he llegado a casa pensando que podría haber ido mejor, independientemente del resultado", asegura.
Directamente relacionado con esta exigencia, reconoce que es un jugador de sangre caliente. El brasileño ha explicado su versión del incidente que tuvo con Xavi el día que el Manchester United visitó el Camp Nou, debido a su tremendo enfado al ser sustituido: "Xavi fue jugador y seguro que lo entendio hasta cierto punto. Me enfadé, porque estábamos empatando y yo quería estar en el campo para ayudar al equipo. A los jugadores nos gusta ganar y a veces hay enfados que tienen su explicación. Pero no hay que exagerar. Por las ganas de ganar y ayudar al equipo me pasé un poco del límite", afirma. Con Xavi, ya está todo hablado y más que hablado.