El Barça cambió de plan y ganó en el Bernabéu. El día que colgó el traje y se puso el mono de trabjo, el equipo de Xavi Hernández desactivó al Real Madrid con la posesión más baja desde que Pep Guardiola asumió el mando del Barcelona en 2008.
Sin Christensen, Pedri, Lewandowski y Dembelé, el Barça se adaptó a un guión desagradable para Xavi desde el primer minuto. Muy poco le duraba la pelota al grupo azulgrana ante un Madrid dominador pero impotente. Ter Stegen no hizo ninguna intervención de mérito. El Barça del Bernabéu recordó al Barça de Antic en 2003 o al de Helenio Herrera en los años 80.
Poca posesión
El Barça solo tuvo un 34% de posesión ante un Madrid voluntarioso pero inoperante en un Bernabéu que comenzó muy bullicioso y acabó apagado. Modric pudo marcar en el primer minuto y Rodrygo al final. En los 90 minutos restante, muy poco generó el grupo blanco ante Ter Stegen.
El Madrid parecía el Barça de Guardiola y el Barça, el Madrid de Mourinho. Tal vez por ello Xavi se quedó con el resultado y la actitud defensiva de su equipo, y poco más. El técnico no ocultó su preocupación por la falta de fútbol de sus futbolistas.
El Valencia
Con la posesión más baja de las últimas 13 temporadas, el Barça espera que el partido de vuelta en el Camp Nou sea distinto. Para entonces, Xavi espera contar con los cuatro lesionados. En el Bernabéu, la baja de Pedri se notó mucho. Demasiado, porque al Barça le faltó control y un futbolista que leyera las necesidades ofensivas del equipo.
El Barça perdió la batalla del balón, pero ganó un partido que debe rearmarle moralmente tras las derrotas en Mánchester y Almería. El domingo, contra el Valencia, el equipo necesitará otro registro para sumar tres puntos más y poner la directa en la Liga, el gran objetivo de un equipo que sostiene un club demasiado convulso.