El FC Barcelona atraviesa un tramo complejo de la temporada. Los problemas en el juego han dado a pie a una serie de resultados que han tocado la confianza del equipo dirigido por Xavi Hernández. Contra el Villarreal lograron salir --por ahora-- del bache, aunque todavía se evidenciaron ciertos problemas a nivel defensivo, en especial por el enorme riesgo que asume el entrenador egarense al exponer a sus defensas a campo abierto.
Una defensa expuesta
Durante el empate contra el Inter de Milán y la posterior derrota en el clásico contra el Real Madrid se vio un detalle a tomar en cuenta: lo expuesta que está la primera línea en esas situaciones de transiciones ofensivas. Si bien Xavi ha hecho énfasis en la importante de mejorar en los mecanismos de presión, lo cierto es que este problema continúa perjudicando el trabajo de los centrales y laterales.
Ante el Villarreal no hubo una penalización ante ese contexto, debido en parte al gran trabajo de Jules Koundé en esa defensa a campo abierto y los apoyos de Frenkie de Jong, que jugó de pivote en dicho enfrentamiento. Pero la realidad es que el elenco de Unai Emery tuvo en sus manos la posibilidad de hacer daño en los contragolpes. Ese es el principal riesgo que está asumiendo el entrenador del Barça, con el objetivo de forzar esas situaciones de gol en campo rival.
Xavi reconoce el peligro
En la previa del compromiso contra el Athletic Club, el de Terrassa respondió a la pregunta de Culemanía acerca de su grado de satisfacción por el trabajo de la defensa en ese escenario tan complicado: “Estoy muy satisfecho, sobre todo en defensa. El Villarreal igualaba con los dos puntas y cuando jugaban directo era un riesgo, pero a nosotros nos gusta tomar esos riesgos. Nos quedamos muchas veces mano a mano atrás y tenemos que ganar ese duelo”.
Con la inminente vuelta de Ronald Araujo y el nivel de Koundé, tanto de lateral como de central, el entrenador del FC Barcelona espera que ese riesgo se vea reducido por el dominio físico de los dos defensores. Xavi entiende que entre ambos pueden apagar esos constantes fuegos, aunque es indudable que supone mucho peligro, sobre todo cuando toque enfrentarse a algunos de los mejores delanteros del continente europeo.