El Barça, una vez más, se desplomó contra el Bayern. El día que necesitaba un milagro en Múnich, el equipo de Xavi Hernández fue noqueado por un rival inmisericorde y cruel (3-0), auténtica pesadilla de los barcelonistas desde agosto de 2020. Fracasó el Barça en Alemania y purgará sus miserias en la Europa League, el torneo de los equipos de la clase media europea. La regeneración prometida por Joan Laporta es una falacia. Hoy, el club está hecho unos zorros, con una deuda de 1.350 millones de euros, un equipo patético y una junta directiva que solo se ilusiona con el pelotazo del Espai Barça. 

Xavi se encomendó a Dembelé, el futbolista más imprevisible y desequilibrante, para activar a un Barça muy plano y con poca pegada que llegaba a la última jornada con muchas dudas y urgencias. También alineó a tres centrales (Araujo, Piqué y Lenglet), y a Dest como extremo. En el Bayern, Nagelsmann fue incluso más atrevido, con Sané, Coman y Lewandowski en ataque, auxiliados por Müller, en un Allianz Arena gélido, sin espectadores y con apenas un grado positivo cuando comenzó el partido.

El gol del Benfica

Arrancó bien el Barça, presionando arriba, con Dembelé, omnipresente, galopando por la banda izquierda y Dest profundizando por la derecha. Un error de Ter Stegen congeló al equipo azulgrana, animado poco después con un potente remate de Alba. Las peores noticias llegaban con las incursiones de Speedy Davies por la banda izquierda y, poco después, con el primer gol del Benfica en Lisboa.

Un cuarto de hora después llegó otra mala noticia: Alba se resintió de sus molestias musculares y tuvo que ser sustituido por Mingueza, un futbolista que mejora a los delanteros rivales. El primer gol del Bayern, sin embargo, llegó tras un desmarque de Lewandowski que destrozó a Piqué. Su centro fue cabeceado por Müller, auténtica bestia negra de los barcelonistas, con ocho goles, en la Champions.

Lenglet lucha con Lewandowski por un balón / EFE



Lenglet pugna con Lewandowski por el control del balón / EFE

Pases en profundidad del Bayern

El Bayern leyó perfectamente las prisas del Barça y simplificó su propuesta. Cada recuperación iba acompañada de un pase en profundidad para Coman, Sané o Lewandowski. El partido entro en la dimensión preferida del campeón alemán para frustración de Xavi, derrotado con el sorprendente gol de Sané que se comió Ter Stegen.

En el descanso, Xavi movió pieza y dio entrada a Nico por un decepcionante Dest y adelantó la posición de Gavi. El Bayern asumió que el Barça se adueñara de la pelota, aliviado por las desconexiones de Frenkie de Jong y Memphis. Era tal la impotencia barcelonista que Neuer tuvo más trabajo con los pies con las manos, y cualquier abismo de reacción del Barça quedó frustrado con el gol de Musiala.

Dos goles en seis partidos

La media hora final fue un tormento para el Barça, un equipo que hace una década dominaba en Europa con un fútbol maravilloso y que ahora es una calamidad. Xavi firmó la rendición y reservó a Dembelé y Frenkie de Jong. Sin Messi ni Griezmann, le cuesta horrores marcar un gol. En los seis partidos de la Champions solo ha logrado dos. Con un registro tan humillante, el Barça desciende a la Europa League, un torneo que nunca ha ganado y que certifica su decadencia.