El motivo silenciado por el que Laporta ha ratificado a Koeman
El presidente sorprendió a todos cuando confirmó la continuidad del entrenador holandés
3 octubre, 2021 14:36Nadie entiende los últimos cambios de rumbo de Laporta en su decisión sobre quién ocupará el banquillo del Barça cuando Koeman sea destituido. Cuando todo el mundo daba por hecho que el holandés tenía las horas contadas en el banquillo azulgrana, Laporta desconcertó a todos con sus declaraciones antes del partido.
El presidente azulgrana afirmó antes los micrófonos de la prensa que Koeman seguiría siendo entrenador del Barcelona pasara lo que pasara en el partido ante el Atlético de Madrid y aseguró que el todavía entrenador culé merecía algo de crédito. Después del baile de nombres para encontrarle un substituto, cuesta de entender este cambio de rumbo que podría esconder otras razones.
El ‘no’ de los candidatos
Una de las razones por las que Laporta decidió ratificar a Koeman es, seguramente, que el presidente azulgrana todavía no ha encontrado un candidato que quiera venir al Camp Nou. El último en rechazar a Laporta fue Marcelo Gallardo. El argentino fue estrechamiento relacionado con el club blaugrana y figuraba como uno de los mejores situados en las apuestas para ocupar el lugar de Koeman. Sien embargo, el ‘muñeco’ Gallardo decidió dar carpetazo al asunto al afirmar que “nunca se me pasó por la cabeza y no me pasará más allá de unos rumores y lo que se diga abandonar este club”, cerrando así cualquier oportunidad de fichar por el Barça.
Marcelo Gallardo en un partido con River Plate/EFE
Otro de los candidatos que también ha sonado con fuerza estas últimas semanas ha sido Robert Martínez. El catalán, sin embargo, tampoco expresó un claro deseo de querer venir a can Barça y afirmó que nunca ha tenido contactos con el club azulgrana para ocupar su banquillo. De la misma manera que aseguró que “su objetivo es cumplir hasta el último día su contrato como seleccionador de Bélgica”, en lo que representó otra puerta cerrada para el casting de Laporta.
El recelo sobre Xavi
Otro de los motivos de esta incapacidad para encontrarle sustituo a Koeman ha sido el escepticismo que despierta en Laporta la opción de Xavi Hernández. El presidente siempre ha manifestado que, pese a que la opción de Xavi está sobre la mesa, su falta de experiencia es un lastre que genera serias dudas en la junta directiva. Esta falta de bagaje no pareció afectar a Laporta cuando en 2008 decidió echar mano de Guardiola para reflotar la marcha del equipo.
Xavi Hernández en un acto promocional / EFE
La verdadera razón del recelo de Laporta podría apuntar en otra dirección. La relación entre su rival de campaña para las elecciones presidenciales, Víctor Font y el de Terrassa podría ser el verdadero motivo por el que el mandatario se resiste a incorporar a Xavi al que no habría perdonado por haber formado parte del proyecto de Font. En este caso, estaría anteponiendo su orgullo y sus intereses personales por encima de los del club.
El finiquito
Una de las razones que no podía faltar era la económica. El finiquito de Koeman ascendería a unos 12 millones de euros, una cifra que resultaría imposible de asumir para una entidad que acaba de presentar 481 millones de pérdidas y que tiene una deuda de 1.350 millones de euros.
Joan Laporta y Ronald Koeman en las instalaciones del Barça, esta pretemporada / FCB
Cabe recordar que Quiqué Setién acabó llevando al club azulgrana ante los tribunales porque no se le abonó el dinero de su despido. La destitución de Koeman, además¸también afectaría al límite salarial a medio y largo plazo. Si el Barcelona quisiera despedir a Koeman y fichar otro entrenador, sólo dispondría del 4% de su límite salarial para poder hacerlo. Es decir, que el Barcelona sólo podría gastar 3.8 millones de euros para poder contratar un nuevo entrenador, su segundo y un preparador físico.
Ante este escarpado panorama Laporta se enfrenta a un sudoku de difícil resolución para desencallar la situación en el banquillo. Frente a esto, lo único que puede hacer el mandatario culé es seguir ratificando en público a un entrenador en el que no confía desde que llegó a la presidencia.