Vuelven a la carga. En París siguen empecinados en seducir a Leo Messi para sacarlo del FC Barcelona. Siguen empeñados en romper el idilio de amor del astro argentino con el club de su vida, que en el ocaso de su carrera podría ser uno de los pocos en pasar a formar parte del selecto grupo de futbolistas conocidos como los One Club Man, que solamente vistieron la camiseta de un equipo profesional de primer nivel. En el Camp Nou ya han saltado todas las alarmas.
Según informa el periodista Marcelo Bechler de TNT Sports Brasil, el delantero estrella del Barça ya tendría sobre la mesa una oferta en firme del PSG para incorporarse a su disciplina el próximo verano. El contrato que le ofrecen es de dos años de duración más una tercera temporada opcional. Además, el club propiedad de la familia real de Qatar se compromete a construir un equipo muy competitivo pese a la posible marcha de Kylian Mbappé y a proporcionar unas condiciones salariales que posiblemente el Barça no podrá igualar.
Todo esto se suma a una propuesta que va más allá de lo puramente futbolístico. Como avanzó Culemanía en enero, detrás de la oferta económica a Messi se incluye la participación del astro argentino como embajador del Mundial de Qatar 2022, el principal argumento para romper todos los esquemas del Fair Play Financiero de una UEFA que está rendida a la lealtad de Nasser Al-Khelaifi tras su papel en contra de la Superliga.
Esto comporta un escenario muy feo para el nuevo presidente azulgrana, Joan Laporta, se propuso como gran objetivo tras su regreso al club convencer a Messi de que continúe en Barcelona. Para ello, también se comprometió a construir un equipo lo más competitivo posible. Pero tanto en el aspecto deportivo como en el económico, se antoja muy difícil que pueda competir con la oferta del PSG, cuya situación económica no peligra. El único argumento que le queda al Barça es el puramente sentimental: formar parte de su club de toda la vida y quedarse en Barcelona, la ciudad que ama, junto a su familia. Antonella Roccuzzo y los pequeños Thiago, Mateo y Ciro prefieren no tener que mudarse.