El gol olímpico que Messi pudo marcar al Real Madrid
El astro argentino no pudo anotar un tanto desde el córner por culpa del palo
13 abril, 2021 14:46Aparte de haberse convertido en el jugador con más clásicos FC Barcelona-Real Madrid disputados, Leo Messi tuvo la oportunidad de hacer historia en Valdebebas (2-1). El astro argentino rozó el gol olímpico antes del descanso en el Alfredo Di Stéfano.
En ausencia de Gerard Piqué y de Sergio Ramos, Leo fue el capitán del Barça. Ejecutó un saque de esquina con mucha parábola desde el costado derecho con su pierna izquierda y la pelota superó a Thibaut Courtois para acabar pegando en el segundo palo y marcharse desviada.
El intento de gol olímpico de Messi fue la mejor ocasión ofensiva del Barcelona durante la primera mitad. Una primera parte en la que los de Ronald Koeman se marcharon al descanso 2 a 0 tras los goles de Karim Benzema y Toni Kroos.
La obsesión que se le resiste
El hambre de gol de Leo Messi en sus más de 15 años como futbolista profesional es insaciable. Sus 734 goles (663 con el Barça y 71 con Argentina) hablan por sí solos. A pesar de que son pocos los retos individuales que le quedan por superar a este jugador, ya que como colectivo sólo le falta ganar un Mundial con la albiceleste, existen dos que se le resisten y él está especialmente obsesionado con uno de ellos.
Hasta ahora, Messi aún no ha podido marcar ni de chilena ni desde el córner. Y este último tipo de gol le trae de cabeza esta temporada, además de ver como el capitán del Barça B, Álex Collado, ya lo ha conseguido antes que él. El problema para Leo es que los guardametas rivales tienen muy estudiada su forma de sacar los córners, y no crea prácticamente peligro. Se trata de una estrategia efectiva para sorprender a las defensas rivales, y no es fácil llevarla a cabo.
Messi en el clásico contra el Real Madrid / EFE
Aparte de realizar un gran disparo, también se tienen que producir otras circunstancias como que el cancerbero esté despistado o que los jugadores del medio le tapen la visión o su rango de acción. Por tanto, si no hay desconcierto en el equipo rival, es muy difícil que el argentino pueda llevarlo a cabo. No dejará de intentarlo, pero que siga obsesionado puede ser contraproducente para el Barça, ya que podría comportar muchas acciones a balón parado desaprovechadas.