La afición solo pedía al FC Barcelona que diera la cara en la visita al Parque de los Príncipes. El equipo azulgrana tenía muy complicada la remontada tras el 1-4 del Camp Nou, por lo que estaba obligado moralmente a intentar dar la vuelta a la eliminatoria o, como mínimo, tirar de orgullo y completar un buen encuentro.
Y lo hizo. Tanto a nivel colectivo como individual. Los de Koeman pusieron contra las cuerdas a los parisinos en la primera mitad y, de no ser por Keylor Navas, se hubieran marchado al descanso con una ventaja considerable. Tras la reanudación, el PSG mejoró en defensa y logró que el Barça creara menos peligro.
Dantesco
En líneas generales, todos los jugadores del FC Barcelona realizaron una gran actuación. Todos excepto uno: Clément Lenglet. El central francés fue el único futbolista que desentonó sobre el verde del Parque de los Príncipes. Unos estuvieron mejor y otros peor, pero nadie estuvo tan mal como el ex del Sevilla.
Lenglet en un entrenamiento del Barça / EFE
Lo peor es que ya no es novedad. Cuando mejor estaba el Barça, el zaguero galo cometió un penalti tan absurdo como claro sobre Mauro Icardi. El delantero argentino no tenía ninguna posibilidad de llegar al balón y Lenglet, con un pisotón, le derribo. El colegiado, tras consultarlo con el VAR, señaló los once metros.
Y Mbappé no perdonó. El gol fue un golpe anímico para el FC Barcelona y tuvo que aparecer Messi, como prácticamente siempre, para devolver la fe a los culés con un zurdazo teledirigido a la escuadra.
Otro error
El penalti fue el gran error de Lenglet en París, pero no fue la única jugada en la que salió en la foto. Cuando el encuentro estaba llegando a su fin, Mbappé le superó como quiso en un uno contra uno. La calidad del delantero francés es innegable, pero a Clément le faltó intensidad para frenarle, aunque fuera con una falta. No lo hizo, Kylian se plantó solo ante Ter Stegen y la mandó por encima de la portería.
Mbappé, celebrando su gol contra el Barça | EFE
Lenglet lleva una temporada para olvidar. Y su futuro en el FC Barcelona empieza a estar en el aire. El crecimiento de Araujo, la probable llegada de Éric García y la posible de David Alaba y su pobre rendimiento le sitúan en la rampa de salida.