El Barça sigue con las buenas sensaciones que dejó entre semana en San Mamés. Los chicos de Ronald Koeman superaron al Granada con otra actuación convincente (0-4) y con un Leo Messi que cada vez nos recuerda más al de las grandes ocasiones. Ya son tres partidos consecutivos ganando --la primera vez en esta temporada--, ideal para afrontar la Supercopa de España con optimismo.
El encuentro empezó con un sobresalto inesperado. Ronald Araujo, que ejerció de líder la defensa en Bilbao, caía del once titular por molestias musculares. Sin Clement Lenglet --sancionado-- la pareja de centrales la formaban Óscar Mingueza y Samuel Umtiti, que hace pocos días que recibía el alta.
Griezmann, Mingueza y Pedri sonrientes ante el Granada / EFE
El Barça no le costó excesivamente abrir el marcador. Una acción polémica sirvió a Antoine Griezmann en el minuto 11 para poner el primero en el luminoso. Sergio Busquets filtraba un pase hacia Sergiño Dest, este era desviado por Roberto Soldado y el galo, que se encontraba en fuera de juego cuando su compañero hacía el pase, finalizaba a placer ante Rui Silva. El VAR validó la acción.
El susto llegó diez minutos más tarde y no gracias al Granada. Tras una acción de los locales, Samuel Umtiti y Sergiño Dest se fueron al suelo. El estadounidense se quejaba de un golpe en la rodilla, mientras el ex del Olympique de Lyon se dolía de un rodillazo en sus partes íntimas. Por fortuna del barcelonismo, pudieron seguir sobre el césped.
Leo Messi sentenció el partido a finales de la primera parte, con dos goles de crack. Aunque no estuvo muy activo durante la primera media hora, volvió a ser decisivo cuando el equipo más lo necesitaba. Primero, en el minuto 35, machacó a la escuadra desde la frontal del área a pase de Antoine Griezmann.
Los jugadores del Barça celebran el gol de Griezmann contra el Granada / EFE
Luego, puso fin a la mala racha de faltas, con una acción muy inteligente. En el 41 aprovechó un bosque de piernas en el área de Rui Silva, para hacer pasar el balón entre las de Sergio Busquets. Cuando el arquero vio el eférico, ya era demasiado tarde. La mejor noticia es que el 10 vuelve a sonreír.
Madurez para matar el partido
En la segunda parte, Diego Martínez, quiso transformar a su Granada con tres cambios, pero se encontró con un Barça muy maduro. Los pupilos de Koeman, con Frenkie de Jong a la cabeza, salió de atrás con toques cortos y haciendo inútil la presión de los locales. De hecho, el holandés rozó el golazo tras cruzar todo el campo con el balón en los pies.
En el minuto 63, Antoine Griezmann se revindicó con una gran acción. A pase de Dembelé, bajó el balón con la derecha y la cruzó perfectamente ante el portero. Segundo gol del galo, cuarto del Barça, que Koeman aprovechó para dar descanso a Messi para que entrara Braithwaite.
Griezmann y Messi se abrazan tras el gol del francés ante el Granada / FC BARCELONA
Con el 0-4 empezaron los cambios: Braithwaite, Pjanic, Riqui Puig y Francisco Trincao. La exhibición continuó, llegando a forzar la expulsión de Manu Vallejo en el minuto 77. El último cambio no fue ni Konrad de la Fuente ni Iliax Moriba, entró Junior Firpo en lugar de Segiño Dest.
Busquets, en salida de tres
Sin Araujo y Lenglet, dos centrales que saben jugar muy bien desde atrás, al Barça le faltaba un empujón en la construcción de la jugada. Por ese motivo, Ronald Koeman, muy previsor, incrustó entre centrales a Sergio Busquets para salir con tres hombres y con los interiores --Pedri y Frenkie de Jong-- ayudando un poco más adelante.
Tanto el canario como el holandés estuvieron muy activos durante el partido, recuperando balones y construyendo en ataque. Se sienten bien con la libertad de movimientos, pero acuden a la ayuda defensiva cuando es necesaria. Los andaluces apenas inquietaron a Ter Stegen.
La insistencia de Dembelé
Ousmane Dembelé fue otra vez la banda derecha del ataque del Barça. Contra el Athletic Club fue uno de los destacados de los azulgranas y este sábado lo volvió a intentar. Es el punto vertical que necesita el equipo y uno de los futbolistas que más quieren asentarse en el equipo. No vio portería, pero volvió a convencer.