En el encuentro del Barça ante el Valladolid hemos vuelto a ver a un Leo Messi intenso. No solo por su actuación en el verde, que ha sido excelente, sino por su actitud frente a sus compañeros. Ha ejercido de líder y Martin Barithwaite ha pagado con las broncas de su capitán por no combinar al gusto del argentino.
Messi se ha enfadado en varios momentos del encuentro con el danés por la falta de comunicación entre ellos. El delantero ex del Leganés no ha sido el complemento perfecto para Messi en el encuentro, y este se lo ha hecho saber.
Cambio de actitud
El astro culé volvió a ser el de otras temporadas, intenso en el juego y con gran acierto. Pero, además, esa intensidad se reflejó en las broncas del argentino a sus compañeros. Concretamente a Braithwaite, quien fue el principal receptor de las quejas de Messi en el campo.
El equipo en la celebración junto a Messi de un gol ante el Valladolid / EFE
El delantero danés y el seis veces balón de oro aún no han formado una sinergia total entre ellos. No es comparable el entendimiento de esta pareja con el juego que elaboraba Messi junto a Luis Suárez, que se conocían de memoria.
Esta actitud es positiva y negativa a la vez. Por una parte, volvemos a ver al delantero argentino involucrado totalmente en el transcurso de los encuentros, lo que significa una gran noticia. No obstante, puede ser problemático para sus compañeros si no aguantan la presión a la cual el 10 les somete.
Messi pletórico
Leo Messi entró en el encuentro con las ideas cambiadas. En los primeros minutos ya dispuso de una gran ocasión que el cancerbero, Jordi Masip, desvió a córner con la yema de los dedos. Minutos después le sirvió a Clement Lenglet un centro perfecto para que, este, rematara a placer frente al portero local.
Leo Messi, celebrando con Pedri su gol ante el Valladolid | EFE
El segundo gol también nace de sus botas. La estrella blaugrana se la dio al espacio a Sergiño Dest, quien centró para que Braithwaite pusiera la punta de la bota y anotara su tanto. Finalmente, el tercero, en una maravillosa combinación con Pedri González, fue el propio Messi que batió al guardameta y colocó el tercer tanto culé. Con este ya son 644 goles del jugador, que ha superado a Pelé como máximo goleador histórico en un mismo club.