Gestionar un vestuario como el del FC Barcelona no es fácil. Es un honor para cualquier entrenador dirigir a algunos de los mejores futbolistas del mundo, pero ese privilegio llega siempre con el coste añadido de manejar los egos y evitar que la situación se descontrole. No todos los entrenadores pueden hacerlo.
Es algo que se ha visto a lo largo de los últimos años. Ernesto Valverde se hizo rápido con la aprobación de la plantilla, pero para no perderla tuvo que alinear prácticamente a los mismos un encuentro tras otro. A Quique Setién, por su parte, el banquillo del Barça le vino grande y fue incapaz de ganarse la confianza del vestuario.
Ahora, Ronald Koeman está en ello. La ventaja del preparador neerlandés es que es una verdadera institución de la entidad y, gracias a eso, ya tiene el respeto de los futbolistas. Algo similar a lo que ocurre con Zidane en el Real Madrid. En estos dos meses, el héroe de Wembley se ha descubierto como un buen gestor del vestuario.
Más descanso
La mejor muestra es el descanso extra que concedió a Gerard Piqué y Neto Murara durante el parón de selecciones. El central catalán y el portero brasileño tuvieron cuatro días de fiesta estas últimas dos semanas, más que cualquier otro futbolista de la primera plantilla. El motivo es simple y lo ha explicado el mismo Koeman en la rueda de prensa.
Piqué y Lenglet, cabizbajos en un partido del Barça | EFE
El héroe de Wembley señaló que "los únicos jugadores que han tenido cuatro días de fiesta han sido Piqué y Neto. Ellos lo han jugado todo y los demás no. El resto de la plantilla únicamente ha tenido dos días".
El central y el guardameta son, efectivamente, dos de los cinco futbolistas del primer equipo que no se han perdido ni un minuto en este arranque de temporada. Los otros tres, Leo Messi, Sergi Roberto y Frenkie de Jong, estaban convocados con sus respectivas selecciones así que no tuvieron posibilidad de descansar.
Salvo contratiempo de última hora, Neto Murara y Gerard Piqué serán titulares este sábado en el Coliseum Alfonso Pérez. Koeman quiso premiar su buen rendimiento en los primeros tres encuentros dándoles más descanso que al resto de sus compañeros.