Las tres primeras jornadas de Liga que ha disputado hasta el momento el Barça han servido para conocer los cimientos que Ronald Koeman pretende aplicar al equipo. Presión adelantada, intercambio de posiciones, líneas juntas, un papel determinante de Ansu Fati y Coutinho, total libertad para Leo Messi... Tres choques que se han saldado con buenas sensaciones, y sin conocer la derrota.
No obstante, a partir de este sábado empieza la primera gran prueba de fuego del técnico holandés en el banquillo del Camp Nou. Tras superar el siempre temido parón de selecciones, el cuadro catalán se enfrentará a un terrorífico calendario durante el mes de octubre, con hasta siete partidos en solo 23 días. Uno cada 72 horas.
Ronald Koeman dirigiendo una sesión de entrenamiento /FCB
Sin embargo, lo realmente preocupante es que, en este lance tan corto de tiempo, están programados enfrentamientos de alto voltaje, como el clásico de Liga ante Real Madrid o el enfrentamiento ante la Juventus de Turín de la fase de grupos de la Champions. Y todo, en una fase de la temporada donde varios jugadores importantes, como Jordi Alba o Ter Stegen siguen de baja; y los nuevos fichajes como Sergiño Dest o Miralem Pjanic todavía deben adaptarse al juego del equipo.
El momento Messi
Este tourmalet particular empezará esta sábado, en el choque ante el peligroso Getafe de José Bordalás, en el Coliseum Alfonso Pérez. Tres días después llegará el estreno en Champions ante el Ferencvaros en el Camp Nou, y el clásico también en Barcelona. El 28/10 tendrán el primer choque clave en Europa, ante la Juve en Turín. Será el primer duelo entre Cristiano Ronaldo y Messi desde que el portugués dejó el fútbol español.
Posteriormente, el calendario seguirá igual de apretado, pero contra rivales teóricamente no tan exigentes como el Alavés en Vitoria; Dynamo de Kiev en casa y el Real Betis, que ha empezado tremendamente bien el curso, también en el Camp Nou.
Messi vuelve a sonreír en el Barça | EFE
Una primera prueba de fuego que motiva especialmente a Leo Messi. El argentino decidió dar por cerrado su polémico intento de huida, y centrarse en ganar. Es un competidor nato, y cuanto más partidos haya, más comprometido estará con el FC Barcelona. Con un clásico y con un duelo contra CR7 de por medio, podría ser el momento perfecto para ver de nuevo sonreír al 10, y olvidarse de todo lo que rodea al club.
Intentará confirmar las buenas sensaciones mostradas en el parón con Argentina, tras un inicio de curso dubitativo, donde todavía no ha acabado de encontrar su hueco en el esquema de Ronald Koeman. El rosarino ha sido siempre experto en aparecer en las grandes citas. Y el barcelonismo necesita disfrutar de nuevo de su capitán. La aparición de Messi deberá ser clave para un Barça que se enfrenta a un final de mes de octubre aterrador, donde seguramente el técnico azulgrana deberá empezar a plantear rotaciones en su once.