Los señalados del Barça que se juegan su futuro en el club
El conjunto catalán no termina de desatascarse y sus jugadores comienzan a ser cuestionados por la afición
6 noviembre, 2019 13:45El triste empate del pasado martes frente al Slavia de Praga en el Camp Nou, ha hecho replantearse muchas cosas en cuanto a la efectividad de este equipo. El conjunto checo se vaticinaba como el más asequible del grupo de Champions, otorgando mayor complicación para Dortmund e Inter. Sin embargo, el Slavia supo complicarle la vida a un Barcelona sin alma, que vaga errante tanto en Liga, como en la máxima competición.
Durante el duelo europeo se vio de forma clara como a los aficionados culés se les ha terminado la paciencia. Si bien es verdad que el Camp Nou contó con poca afluencia de público, siendo quizás la peor entrada de la temporada, los silbidos de los allí presentes de hicieron notas en diversas ocasiones a lo largo de la noche. Y tras la conclusión del encuentro, llegó la traca final.
Los seguidores culés se hacen oír en el Camp Nou
Silbidos y pañolada para los integrantes de un Barça que no levanta cabeza desde el desastre en Anfield, y que lejos de mejorar, da la sensación de ir de mal en peor. Además de los pitos en los últimos minutos, la grada también tuvo lo suyo para Dembelé. El francés no termina de cuajar dentro de un Barcelona que le quería como sustituto de Neymar y que está a años luz de asemejarse al brasileño. En su contra juega además el talento de Ansu Fati, quien ha demostrado que viene al primer equipo para quedarse.
Otro de los damnificados es Arthur Melo, quien inició su paso por Can Barça con bastante buen pie, pero que ha ido perdiendo fuelle a medida que pasaban los meses. Valverde le está castigando con el banquillo, no se sabe a ciencia cierta si es únicamente por su bajo rendimiento dentro del terreno de juego o por sus actos más allá de lo deportivo. Sea como sea, su protagonismo ha decaído en los últimos tiempos al no contar con la total confianza de su entrenador.
Comienza el declive de los pesos pesados
Por otra parte, algunas de las vacas sagradas ya no son lo que eran. Los años no pasan en balde y es algo comprensible que el rendimiento de los futbolistas rebasada cierta edad, no puede ser el mismo que el mostrado en sus inicios. Este es el caso de grandes nombres como el de Gerard Piqué o Sergio Busquets. Ambos capitanes del equipo, se juegan su futuro en el club, pese a que es de esperar que llegado el momento, se marchen por la puerta grande como hicieran Iniesta o Xavi.
Iván Rakitic y Luis Suárez ya no están al nivel de antaño. Como ya hemos referido anteriormente, los años corren para todos y el físico de los jugadores ya no responde del mismo modo. Y lo mismo ocurre con Jordi Alba. El lateral catalán siempre ha destacado por su velocidad para anticiparse a los rivales, sin embargo, sus piernas comienzan a perder fuerza y se resintió de su anterior lesión durante el partido contra el Slavia.
Sergi Roberto, quien aterrizó en el primer equipo con mucha fuerza y quien se ganó el cariño de los aficionados tras su gol contra el PSG, está totalmente desubicado. Da la sensación que desde que marcara aquel mítico tanto de la remontada, se haya olvidado de cuáles eran sus tareas para con el equipo. El jugador polivalente que un día fue, se ha desvanecido por completo y ahora vaga por el terreno de juego como quien ansía buscar su sitio sin saber muy bien cómo encontrarlo.
Los nuevos fichajes siguen lejos de las expectativas
Volviendo a la defensa, los recambios en la zaga azulgrana todavía están por consagrarse y claro reflejo de ello lo encontramos en Semedo. El portugués denota mejoras en su juego partido a partido, pero su técnica a la hora de proteger el esférico, es un tema que todavía se mantiene pendiente. Veremos que ocurre con el tempo.
Si nos referimos nuevamente a la delantera, Griezmann es motivo de debate. El francés llegó al Barcelona en el pasado mercado estival, después un polémico vídeo el verano anterior, en el que daba calabazas al Barça. Eso no gustó nada a la afición azulgrana y generó cierta división entre aquello que han preferido olvidar para confiar en su buen fútbol, y los que siguen sin perdonarle. Aún con todo ello, Griezmann no está ni mucho menos al nivel que se esperaba al inicio del curso y su situación comienza a parecerse peligrosamente a la del malogrado Coutinho.