Antoine Griezmann se estrenó en Champions League como jugador azulgrana, pero parece ser que su adaptación llevará más de lo esperado. Desde su exhibición ante el Betis en el Camp Nou, poco más se ha visto de un jugador que vino para marcar diferencias y heredar los galones que Philippe Coutinho y Ousmane Dembelé no han sabido recoger de Neymar.
La MSG se vistió de corto por primera vez en tierras alemanas, y pese a que Messi poco pudo hacer en su regreso --falto de ritmo y con muy poco margen de maniobra-- la conexión entre los futuros tres indiscutibles dejó mucho que desear. Mientras Suárez y el francés sí se buscaron, como ocurriera contra el Valencia el pasado sábado, el argentino intentó combinar con el galo, pero sin éxito.
Le buscó al espacio, una de las virtudes del exatlético, pero la defensa alemana repelió con autoridad todos los balones. Solo en distancias cortas consiguieron combinar aunque sin generar peligro en la portería defendida por Burki.
Adaptación urgente
Las prisas no son buenas, pero el juego azulgrana desprende algunas urgencias ofensivas muy llamativas. Griezmann evidenció que es un jugador sacrificado por el equipo y que Valverde podrá contar con él en tareas defensivas. Llegó hasta área propia para despejar distintos balones y ayudar en la cobertura a Jordi Alba, pero no desplegó su potencial ofensivo. La obligación de todo delantero.
Griezmann y Luis Suárez celebrando el segundo gol contra el Valencia / FC Barcelona
Estuvo al nivel de todo el equipo, insípido y estéril, pero aportó poco en ataque. Su virtud, los espacios y la espalda de la defensa, quedará relegada a un segundo plano con la filosofía de juego azulgrana. Algo que preocupa. Griezmann no es tan desequilibrante en espacios reducidos y el uno contra uno tampoco es su fuerte. Una cualidad muy importante para cualquier delantero que milite en el conjunto catalán y gran argumento de los defensores del regreso de Neymar.
Sin conexión, de momento
El nuevo tridente disfrutó de media hora de juego en un partido que se tornó complicado y del que todavía no se pueden extraer conclusiones claras. Griezmann debe amoldarse al juego azulgrana, algo que el propio jugador reconoció: "Obviamente es mi segundo mes desde que he llegado, tengo que acostumbrarme, entender los movimientos de Luis, de Leo, de Ousmane cuando esté, y ellos de los míos. Con el tiempo se mejorará. Ahora solo podemos trabajar".
Valverde también reconoció la falta de entendimiento entre los tres que solo demostrarán los minutos en el verde: "Necesitamos que los de arriba jueguen juntos" y Griezmann suscribió las palabras de su entrenador.