La nueva polémica arbitral en perjuicio del Barça en la Liga
Las decisiones arbitrales no se ajustan a nuevo reglamento y la interpretación de éstas quedan en evidencia tras la última jornada de Liga
17 septiembre, 2019 15:03Victoria contundente, tres puntos para escalar posiciones, recuperar sensaciones y afortunadamente ningún lesionado. El Barça goleó al Valencia en su segundo partido en el Camp Nou (5-2) para llegar a Dortmund con los deberes en Liga hechos y mucho por hacer en su estreno en Champions League.
Todos los focos miran a Europa, pero en la competición doméstica nadie se olvida de las nuevas reglas arbitrales que rigen el fútbol y cómo han afectado para bien y para mal a distintos equipos en la última jornada. Dejando a un lado la normativa estrictamente deportiva, una de las normas que más revuelo está causando es la del talón de Aquiles.
Su aplicación inmediata se llevó por delante en la primera jornada de Liga a Luca Modric, expulsado por entrar a Denis Suárez, y a Jorge Molina por una falta a Thomas frente al Atlético de Madrid. Ambos fueron sancionados con roja directa, pese a que no hubo voluntariedad en ninguna de las acciones.
La medida generó una gran polémica dentro de los clubs, en la Liga y en las redes sociales, pero pese a la imperturbabilidad que defiende el Comité Técnico de Árbitros, no se ha empleado con el mismo criterio.
Lenglet, la última víctima
La jornada cuatro del campeonato doméstico evidencia que, como en la temporada pasada con la introducción del VAR, los cambios en el fútbol necesitan de un periodo de adaptación o bien, que no existe un criterio unificado entre los árbitros, ya sean los que están en el VAR o los que arbitran a pie de campo.
La nueva regla del talón de Aquiles, número 12 del reglamento, específica con claridad: "El jugador será expulsado por una acción que pone en riesgo la integridad física de un adversario y se debe prestar especial atención a las entradas realizadas sobre el tendón de Aquiles". Ni intencionalidad, ni voluntariedad, ni interpretación. Roja y para el vestuario.
Una foto de Frenkie de Jong durante el Barça-Valencia / FCB
Una medida que no gusta a muchos, pero que no tiene la misma vara de medir para todos. Durante el encuentro entre el Barça y el Valencia, Lenglet recibió una dura entrada de Maxi Gómez que puso en riesgo su integridad física en la zona que específica con claridad la norma y que llegó a descalzar al jugador. El uruguayo vio amarilla por la entrada, pero el VAR no alertó al colegiado Sánchez Martínez de una evidente y dura infracción merecedora de tarjeta roja. (ver vídeo)
Algo que sí ocurrió durante el Celta - Granada. El defensor Jorge Sáenz piso sin querer a Roberto Soldado en un lance y tras la revisión del VAR se le indicó al colegiado que debía expulsar al zaguero. A los diez minutos de partido, los gallegos se quedaron con 10 y acabaron el partido con nueve, por doble amarilla a Beltrán.
Distintas interpretaciones
Dos acciones casi calcadas, aunque la del valencianista mucho más grave y evidente, que de tener la misma interpretación de la normativa arbitral hubiera obligado a Sánchez Martínez a expulsar a Gómez minutos después de entrar al terreno de juego en sustitución de Rodrigo.
Nadie puso de su parte para que el reglamento se cumpliera. Y es que la normativa también estipula que, en caso de que el colegiado central o los asistentes no se percaten de una infracción de esta índole, serán los colegiados del VAR quien alerten de la infracción.
Allí, con más de una decenas de pantallas disponibles, observaron la acción y no actuaron en consecuencia. Distintas varas de medir que, afortunadamente, terminaron sin Lenglet lesionado y con la victoria sentenciada.