Nuevo tropiezo y en qué momento. El Barça volvió a las andadas, a la misma primera parte que en San Mamés y parecida a los primeros 45 minutos contra el Betis, pero sin encontrar la superioridad definitiva que convirtió al Camp Nou en una fiesta el domingo pasado. Los azulgranas no pudieron pasar del empate ante el Osasuna en El Sadar y confirman los peores miedos del barcelonismo: la defensa todavía no está al 100% y la Messidependencia vuelve a ser una realidad.
Falta esa pegada ofensiva determinante que ejecuta a la perfección el argentino y que de momento se ha cobrado cinco puntos de los nueve disputados hasta la fecha. Tres encuentros, una derrota, una victoria y un empate antes del parón de selecciones. Un momento crítico y que tiene dos lecturas: el equipo podrá rehacerse y Ernesto Valverde tendrá tiempo para estudiar los fallos de su equipo, pero a su vez, la espera por ver al Barça en acción de nuevo puede hacerse eterna.
Hasta el 15 de septiembre los azulgranas no volverán a vestirse de corto. Será en casa, ante el Valencia, otro rival de entidad del que los catalanes no tienen buen recuerdo. Perdieron la final de la Copa, y no supieron pasar del empate en los dos enfrentamientos ligueros de la temporada pasada.
Messi, urge
Griezmann lideró y se presentó ante el Camp Nou en el primer partido en casa, pero no pudo volver a sorprender en El Sadar. El francés pasó desapercibido en ataque y con un Rafinha menos acertado, solo brilló Carles Pérez. El mensaje y el plan del club está claro con el capitán. No se le forzará y su vuelta se prevé para el Valencia.
Un choque contra un rival directo, en casa y que será el verdadero inicio de la Liga. De los nueve puntos posibles, el Barça solo ha sido capaz de conseguir cuatro. Todos ellos sin Messi y sin la zurda de oro del 10 azulgrana. Una estadística preocupante y que agudiza la crisis del Barça.
Una foto de Leo Messi durante un entrenamiento del Barça / FCB
Las ausencias de Suárez y Dembelé parecen asumibles, pero no la del capitán que se ha convertido en goleador, generador de juego y cerebro del equipo