El divorcio entre Neymar Jr y el París Saint-Germain es total. Y ninguna de las dos partes se molesta en disimularlo. El futbolista ya ha avisado al club que quiere salir este verano y cada vez que puede lo manifiesta públicamente. El pasado sábado, por ejemplo, explicó que el mejor momento de su carrera fue el 6-1 que el FC Barcelona le endosó al club parisino.
Desde la entidad francesa lo ponen en el mercado sin reparo alguno. Primero fue Leonardo, director deportivo del PSG, el que confesó que el brasileño quería marcharse y admitió que podrían venderlo si llegaba una oferta "buena". Luego, el entrenador Thomas Tuchel apuntó que conocía el deseo del jugador de abandonar París.
Bronca
La guerra empezó hace unas dos semanas, el lunes 8 de julio. Ese día Neymar estaba citado para regresar a los entrenamientos junto al resto de sus compañeros, pero no se presentó. El PSG emitió un duro comunicado asegurando que el brasileño no tenía permiso, lamentando los hechos y amenazando al jugador con castigarlo económicamente.
Neymar en un partido con el PSG / EFE
Algo que no inquietó en absoluto al delantero, que volvió a la ciudad deportiva del equipo parisino una semana después, el lunes 15 de julio. Después de mantener una tensa reunión con Leonardo, bajó al vestuario para reencontrarse por primera vez con sus compañeros y allí, según informó el periodista Joaquim Piera en el diario Sport, el director deportivo lo abroncó.
El exfutbolista utilizó un tono muy duro y advirtió a Neymar que, a diferencia de lo que sucedía en temporadas anteriores, se utilizará la misma vara de medir para todos los jugadores, se llamen como se llamen. Algo que, evidentemente, era un dardo envenenado hacia su compatriota, de quien se ha rumoreado que se le pasaban por alto ciertos actos de indisciplina.
Castigado
Además, Leonardo anunció a la plantilla que el delantero sería castigado por el club por su ausencia en los entrenamientos en la primera semana y que debería afrontar la multa más alta del régimen interno. El director deportivo recordó delante de todos que, mientras sus compañeros habían estado trabajando, él había estado una semana extra de vacaciones en Brasil.
Neymar en un partido con el PSG / EFE
De acuerdo con el mencionado periódico, Neymar se limitó a escuchar y callar, quizás para evitar que la tensión en ese vestuario aumentara aún más. Y es que, aunque el PSG quiera desprenderse de él, sabe que no puede levantar demasiada la voz si no quiere enfadar a Nasser Al-Khelaifi, el hombre que debe autorizar su marcha.
La guerra entre Neymar Jr y el París Saint-Germain está al rojo vivo. El FC Barcelona, el Real Madrid, el Bayern de Múnich y la Juventus, entre otros, siguen al acecho, esperando a que se desarrollen los acontecimientos. Si la tensión va a más, el brasileño acabará saliendo. Todo lo que necesitan los clubes que lo desean es paciencia.