Neymar Jr. es el tema de conversación más candente en el barcelonismo. Tampoco se escapa su nombre de las reuniones de la junta directiva y de la dirección deportiva. Su posible regreso al Camp Nou es una posibilidad real que el club catalán estudia a nivel deportivo, ya que supondría la salida de otros jugadores importantes, y también a nivel económico, la parte más complicada y que podría poner en jaque la economía del club en los próximos años.
El brasileño regresó a París este lunes para abordar su situación cara a cara con Leonardo, director deportivo del PSG, al que aseguró que su etapa en el Parque de los Príncipes ha terminado. Con ese escenario claro y con ambas partes enfrentadas, ya que el club francés comunicó al jugador que le dejará salir, pero solo si la operación beneficia a la entidad, parece que el Barça ha pasado al ataque.
La estrategia está clara: esperar a que las relaciones entre el jugador y el club se enfríen y se tensen al máximo para sacar provecho de ello. Mientras el club espera, las tomas de contacto han sido superficiales, tal y como confesó Leonardo la semana pasada, y ahora habrían pasado a propuestas más concretas.
La propuesta
Según informa el diario As, el Barça habría iniciado la primera toma de contacto formal con el club parisino para llevarse al brasileño. La oferta parece ridícula. A través de intermediarios, que es como de momento se está gestando la operación, la entidad azulgrana habría ofrecido 40 millones de euros más Coutinho y Dembelé para recuperar al brasileño. Una oferta que parece ridícula para Nasser Al-Khelaïfi quien prioriza el dinero al intercambio de jugadores.
Fuentes del club, cuestionadas por este medio, han desmentido dicha propuesta por el jugador brasileño y se mantienen escépticos ante su posible regreso. Eso sí, la oferta podría convertirse en realidad ya que el intercambio que señala el diario madrileño incluiría a los dos jugadores que se quedarían sin lugar en el once y en los planes de Valverde de efectuarse el traspaso.
El problema es que el jeque quiere recuperar los 222 millones de euros que pagó hace dos veranos por el futbolista, pero el Barça no puede, ni quiere, afrontar una operación que alcance esas cifras. Es totalmente inasumible para las cuentas del club. Las negociaciones serán largas y el entorno de Neymar está intranquilo. Las relaciones están casi rotas y de no concretarse su regreso al Camp Nou, el extremo viviría una situación muy difícil en París la próxima temporada.