Philippe Coutinho es la comidilla en todas partes. Su futuro es muy incierto, pero está asegurado que no será en el Camp Nou. En Brasil deberá ejercer de líder tras la lesión de Neymar Jr. y la Copa América se presenta como una oportunidad única para revalorizarse en el mercado --para beneficio propio y del Barça-- y recuperar sensaciones de cara al próximo reto deportivo que se viene.
Su deseo de abandonar el club catalán es claro. Lo confesó a finales de temporadas a sus compañeros más cercanos. Un año y medio en el Camp Nou no ha servido para mejorar, sino para empeorar sus cifras y sus aspiraciones. Tampoco ha convencido a la afición y la directiva sabe que su venta podría facilitar la llegada de otros cracks. Eso sí, solo con un condicionante: como mínimo debe traer 100 millones de euros para medio amortizar la inversión que se realizó por él que, a día de hoy, continúa siendo la más cara de la historia del club.
Y con esa cifra encima de la mesa, pocos son los candidatos a hacerse con los servicios del carioca. Quiere un nuevo proyecto, donde pueda liderar y ser protagonista, pero llama la atención que sea lejos de la Premier.
Otra competición
Así es por extraño que parezca. El brasileño quiere otro reto, como en su día lo quiso su compatriota Neymar, y pese a que el Chelsea ha sido uno de los clubs que más se ha vinculado al futuro del jugador, Coutinho prefiere el PSG. A nivel económico está claro, aunque las respuestas a nivel deportivo son difíciles de encontrar.
Coutinho retirándose lesionado contra el Getafe / EFE
Todo apunta a que el todavía jugador azulgrana prioriza su bienestar personal. Una ciudad cosmopolita como París, a sueldo multimillonario, como una gran estrella, con un proyecto europeo por conquistar y al lado de sus compañeros de selección como Thiago Silva, Marquinhos, Alves --si finalmente renueva-- y Neymar --si no se acaba yendo-- serían sus mejores amigos en el Parque de los Príncipes.
Su periplo en Can Barça no ha sido el esperado. Su salida no es una obligación y no se regalará al jugador, pero es consciente que con la llegada de Antoine Griezmann, asegurada pero no oficial, y De Jong apenas tendría sitio ni en la delantera ni en la medular. Además, la Ligue 1 le evitaría reencontrarse con el club que le hizo grande, el Liverpool, algo que quizás ahora está entre sus mayores arrepentimientos.