Leo Messi tiene su sexto Balón de Oro muy cerca. Es la primera edición en más de un lustro en que la que no debería existir discusión. El argentino ha sido mejor de agosto a mayo a todos sus rivales y solo dos noches negras, Anfield y el Benito Villamarín, podrían condicionar el veredicto final que, a principios de abril, estaba claro.
Con Cristiano Ronaldo fuera de la ecuación y la Copa América en el horizonte --otra oportunidad para ganar un trofeo con Argentina y reafirmar su candidatura-- el capitán azulgrana parte como favorito, pero no es el único. El problema de Messi es la Champions, que sí ha ganado su principal competidor, y la ausencia de doblete tras el fiasco ante el Valencia.
En su mano sostiene la Liga, conquistada a cuatro jornadas del final del campeonato, la Bota de Oro --sexta de su carrera-- y ser el máximo goleador de la Champions League además del mayor asistente con 20 pases de gol. Cifras estratosféricas a las que nadie ha conseguido acercarse, pero que la orejona pone en jaque.
Romper la tendencia
Sería extraño, pero podría ocurrir por romper la hegemonía de los delanteros en este trofeo. Virgil Van Dijk es, ahora mismo, el rival a batir en las votaciones. El defensa del Liverpool ganó la Champions ante el Tottenham y fue nombrado el MVP de la final. Asimismo, ha firmado una temporada para enmarcar en Anfield.
Una foto de Virgil Van Dijk tras ganar la Champions League ante el Tottenham / EFE
El sustento defensivo de los hombres de Klopp, mejor defensa del año con diferencia --al que no han regateado en más de un año según las estadísticas--, mejor jugador de la Premier y segundo en la clasificación con 97 puntos y con opciones hasta el final en el campeonato regular inglés. Una opción a considerar y que aumenta las especulaciones que giran entorno a la FIFA de quienes argumentan que la organización no quiere que Cristiano y Leo desempaten en la cifra de cinco trofeos individuales.
De ganarlo, sería el tercer defensa de la historia en lograrlo tras Frank Beckenbauer y Fabio Cannavaro quien lo ganó en 2006 tras ser elegido el mejor jugador del Mundial que ganó con su selección. Por su parte, el central explicó tras conquistar Europa que no piensa en este tipo de trofeos y se rindió la figura de Leo Messi, quien él mismo cree que debería ganarlo.