El fichaje de Arturo Vidal el pasado verano reabrió el eterno debate sobre el ADN Barça. La afición azulgrana da mucha importancia al estilo de juego. En este sentido, el Barça se caracteriza por tener una identidad propia, basada en jugadores de toque y control, estilo Arthur, y cuyo perfil ideal serían Xavi e Iniesta. Una suerte de acervo que conviene cultivar y conservar.
Sin embargo, la apuesta por el músculo en detrimento de la técnico se está convirtiendo en una costumbre en la entidad azulgrana. Varias de la últimas incorporaciones en el centro del campo, como André Gomes, Paulinho o Arturo Vidal, supusieron un claro cambio de estilo que chocó con el ideal del Camp Nou. Los defensores del ADN Barça que ha imperado en la última década consideraron que la dirección deportiva estaba traicionando la esencia del club.
“He escuchado eso del ADN Barça, pero creo que tengo la misma mentalidad que los jugadores que están acá. Lo más importante es ganar y levantar copas al final de la temporada”, relativizó el propio Arturo Vidal cuando supo de las particularidades del club.
El trabajo que no se ve
Lo cierto es el modelo de cualquier equipo debe adaptarse a los futbolistas que tenga en la plantilla. El Barça de Guardiola, como cumbre del ADN Barça, tuvo la fortuna de contar con la mejor versión de jugadores como Xavi e Iniesta, y no es fácil buscarles sustituto.
Una foto de Arturo Vidal disparando a puerta frente al PSV / EFE
Ahora bien, conviene no olvidar que hicieron falta jugadores más rocosos como Keita, muy apreciado por Guardiola, para que sus compañeros más creativos brillaran con luz propia. Muchos menosprecian el trabajo sucio de este tipo de futbolistas, pero por lo visto en los últimos años --las debacles de París, Turín y Roma-- tal vez sea necesario incorporar a un jugador de estas características para superar las eliminatorias de la Champions. Y eso no es renegar del estilo.
Complementar el estilo
Arturo Vidal no está tocado por la magia del talento y la técnica deslumbrante, lo que siempre es una desventaja en el Camp Nou. El chileno es un guerrero. Aporta empuje y garra en los partidos, aprieta al rival, ayuda a los compañeros, aparece por todas partes, omnipresente.
El carácter de Arturo Vidal no ha pasado desapercibido para una parte de la afición. El Camp Nou lo ha premiado tras sus últimas actuaciones. Cada vez son más quienes valoran su estilo. Los pitos con los que respondió la grada a su cambio contra el Villarreal fueron significativos. Los culés ya le consideran importante en el equipo. El estilo de Arturo Vidal ha venido para quedarse. Y complementar el ADN Barça.