Arturo Vidal, mala cara y ovación en el Camp Nou
El centrocampista chileno corrije su primer impulso de enfado y recibe el premio de la hinchada culé
3 diciembre, 2018 10:16Corría el minuto 70. Con 1-0 en el marcador el Barça no las tenía todas consigo. El Villarreal apretaba. Había que reaccionar. Ernesto Valverde se decidió a hacer su primer cambio. Carles Aleñá ya estaba preparado en la banda para entrar al campo y situarse en la medular. Se intuía el cambio por Coutinho, muy gris durante el partido. Pero la sorpresa fue mayúscula cuando el luminoso del cuarto árbitro mostró el dorsal 22 de Arturo Vidal.
La primera reacción del chileno fue de enfado. Puso mala cara y miró al cielo con incredulidad. Arturo Vidal estaba siendo de los mejores sobre el césped. Era el músculo y el empuje del centro del campo. Además, arrastraba defensores con sus incursiones ofensivas. El chileno no entendía el cambio. El público del Camp Nou, tampoco. La grada pitó a Ernesto Valverde y ovacionó al futbolista.
Tras un primer impulso de indignación, Arturo Vidal marchó veloz al banquillo para que entrase Aleñá. Se serenó, pasó al lado del Txingurri y le devolvió el saludo guiñándole el ojo. A continuación se sentó en el banquillo saludando al resto de compañeros, su gesto sonriente. Fue la mejor forma de zanjar cualquier tipo de polémica.
Lección aprendida
Arturo Vidal está madurando en can Barça. Quizá en otro momento de la temporada se habría montado un escándalo con todo esto, pero lo cierto es que la actitud del chileno fue irreprochable. Estaba enchufado en el partido y quería seguir jugando, de ahí el enfado inicial por el cambio, pero enseguida se calmó y asumió que aquella era la decisión que había adoptado su entrenador. Aunque no estuviera de acuerdo. Fuera acertada o no. su misión en aquel momento era abandonar el campo. Sin más.
A principios de temporada todos los ojos estaban puestos en Arturo Vidal. Llegó al club como un fichaje de saldo, pero con galones de gran futbolista. Su antimadridismo declarado le sirvió para ganarse a la afición culé, que lo recibió con una gran ovación en su puesta de largo. De ahí que el chileno no entendiera que el banquillo fuera el lugar designado para él por Valverde.
Una imagen de Arturo Vidal ante el Villarreal / EFE
Esta situación lo llevó a explotar en las redes sociales tras el partido de Wembley ante el Tottenham. Arturo Vidal se había quedado en el banquillo para entrar en el minuto 87, con el encuentro ya decidido. El Barça había cuajado una actuación brillante. Sin embargo, el chileno expresó su enfado con un emoticono de enojo en Instagram. Esta pataleta infantil le costó cara. Ernesto Valverde le puso la cruz y la afición le dio la espalda.
Cambio de chip
Vidal se convirtió en un problema para el Barça. Una bomba de relojería en el vestuario. Tras varias semanas de máxima tensión, la vuelta tras el parón de selecciones le sirvió al chileno para reflexionar. La lesión de Messi volvió a darle minutos. Y los aprovechó. El chileno demostró garra y empuje en el centro del campo. Actuó de revulsivo en varios partidos e incluso marcó. La situación se le terminó de poner de cara con la lesión de Rakitic.
Arturo Vidal se ha erigido en un jugador importante en el centro del campo. Ha demostrado que tiene hueco en el equipo. Cosas que aportar. Y, sobre todo, ha sabido reconducir su actitud.