Carles Aleñá es otra de las promesas del Barça. De futuro, pero de un futuro tan cercano que solo Ernesto Valverde tiene la llave para que se convierta en presente inmediato. Tras cuatro meses de espera, entre el filial y el primer equipo y una lesión que le privó de entrar en el primer equipo en plena forma, el canterano azulgrana debutó frente al Villarreal de la mejor manera.
Diez minutos como revulsivo y un gol para sentenciar un partido aburrido. Además, lo hizo de la mano de su ídolo, Leo Messi, quien le brindó una asistencia que solo el pudo ver y que el catalán culminó con una picadita sobre Asenjo. Golazo y debut soñado.
Carles Aleñá, Messi y Jordi Alba celebran el gol del canterano / EFE
Por fin, jugador del primer equipo
Mientras Valverde tendrá que meditar y encontrarle un sitio y minutos, el canterano por fin ha sido reconocido como jugador del primer equipo. Tras la lesión de Rafinha, el club le ha inscrito en LaLiga y a partir de ahora lucirá el dorsal 21 a la espalda. Un dorsal que quedó libre tras la marcha de André Gomes al Everton.
Cautela, pero continuidad
Una puesta en escena que ha ilusionado al barcelonismo, pero por el que se pide cautela. La continuidad es un factor determinante para que Aleñá puede convertirse en lo que desde que llegó al club, en un lejano 2005, se le ha metido en la cabeza. Sus rizos, su juego talentoso y envidiable y una zurda de oro le postularon como el el nuevo Maradona y sucesor de Messi mientras el argentino iniciaba su carrera en el primer equipo.
El domingo dio su primer paso para cumplir su sueño; triunfar de azulgrana en el Camp Nou. Un gol y una aparición muy esperada por la afición culé que terminó de la mejor manera. El estilo de Valverde no invita al optimismo, pero su esfuerzo sí. Este miércoles, frente ala Cultural Leonesa, se postula como titular en un duelo menor, pero de máxima exigencia dado el corto resultado de la ida (0-1).
Aleñá lo tiene claro. Su sueño es ser jugador de un solo club y seguir la estela de Leo Messi. De momento, queda mucho por hacer, pero ya ha dado el primero paso, a fin de cuentas, el más difícil.