Hace unos días se hablaba de la faceta más guerrera de Gerard Piqué al ser protagonista de varias discusiones que no tuvieron mayor trascendencia durante el Barça-Betis. Fue un mal día, los azulgranas cayeron y el de Sarrià, jugador que siente el club como pocos, estaba dolido.
La impotencia de no lograr evitar hasta cuatro goles del Betis le llevó a tirar de corazón en determinados momentos del partido. Por ello no tuvo reparos en subir a ejercer de delantero centro para tratar de rematar balones colgados al área. Estuvo a punto de conseguirlo.
En una de esas acciones se generó una disputa con Arturo Vidal porque ambos se estorbaron para rematar en boca de gol. Al final del partido, Piqué también intercambió puntos de vista con Luis Suárez sobre el duro tropiezo con una visible excitación en el cuerpo.
Cosas del partido que no pasaron a mayores y son del todo habituales después de perder un partido que el Barça debió ganar. No bastó con el corazón aquel día.
El Piqué más conciliador en Eindhoven
Sin embargo, este miércoles contra el PSV en Champions llamó la atención una nueva faceta de Piqué mucho más conciliadora. Los que le conocen saben que él es así. A pesar de que siempre dice lo que piensa, le gusta tender puentes para asegurar la unión del vestuario.
El jugador del PSV Hirving Lozano (i) marca a Nelson Semedo (c) y a Gerard Pique (d) / EFE
Esas labores de capitán que lleva ejerciendo desde mucho antes de portar el brazalete, le llevaron en Eindhoven a intermediar en diversos conflictos entre sus compañeros. El Kaiser de la defensa azulgrana intercedió positivamente hasta en dos disputas de jugadores del Barça.
Frenó la discusión entre Rakitic y Lenglet
La más sonada, que ha trascendido en diversos medios de comunicación, fue el intercambio de voces entre Ivan Rakitic y Clement Lenglet. Ambos discutían airadamente sobre la última acción defensiva del Barça para frenar al PSG. No se ponían de acuerdo.
Piqué, viendo que se enzarzaban más de lo necesario, tiró de galones y frenó la acalorada charla entre el francés y el alemán. Tanto Rakitic como Lenglet restaron importancia al asunto al ser preguntados sobre ello en zona mixta.
Suavizó una charla entre Vidal y Alba
Pero no fue la única intervención de esta índole que tuvo el zaguero blaugrana. Piqué también intervino en una charla de Arturo Vidal con Jordi Alba que, en este caso, no fue tan acalorada ya que ambos mantienen muy buena relación.
Los jugadores del FC Barcelona, Jordi Alba (i), Arturo Vidal (c) y Gerard Piqué (d) durante un entrenamiento / EFE
Ocurrió tras la celebración del primer gol, una obra de arte de Messi, y Piqué se percató de que Alba le recriminó algo a Arturo y el chileno empezó a dar explicaciones. Fue entonces cuando el tercer capitán del equipo intervino calmando al centrocampista sudamericano.
Gol para la historia
Fue un partido casi redondo de Piqué. Especialmente por el gol magistral que anotó aprovechando un mal lanzamiento de falta de Messi –con vacilada incluida al periodista que le preguntó tras el choque– para convertirse en el defensa más anotador del Barça en la historia de la Champions.
En la celebración del tanto, el central tuvo tiempo incluso de dar indicaciones a un Semedo un tanto perdido por momentos. Cualquier excusa es buena para corregir a los compañeros.
El futbolista catalán tan solo se marchó con una espinita clavada tras el encuentro, la de no haber podido lograr mantener la portería a cero. Pero el Barça logró el objetivo de pasar como primero de grupo a octavos de la Champions a falta de un partido gracias a su gol. Como para no estar contento.