El Betis conquistó el Camp Nou con todo merecimiento. El regreso de Leo Messi a los terrenos de juego, 22 días después de su lesión, quedó eclipsado por el incontestable repaso táctico que Setién le dio a Valverde. El planteamiento del técnico bético fue valiente, ambicioso e inteligente. Hacía mucho tiempo que un equipo visitante no dominaba con tanta contundencia al Barça en su propio feudo. Y con Messi sobre el césped.
Leo Messi es sinónimo de garantía. La presencia del astro argentino sobre el campo es un bálsamo de confianza y seguridad para el equipo culé. La Pulga garantiza magia, genialidad, desborde. Pero también supone una pérdida de equilibrio para el equipo. Sobre todo cuando los jugadores se relajan. Se confían. El poco equilibrio entre líneas del Barça volvió a escena tras varios partidos en los que parecía un tema zanjado.
Falló el equipo
El FC Barcelona fue superado en todas sus líneas. Rakitic, Sergio Busquets y Arthur fueron superados con suma facilidad en el uno a uno que planteó Setién en la medular. Y tanto Tello como Junior rompieron una y otra vez a la zaga azulgrana. El cuadro andaluz fue dueño de partido.
Pese al evidente repaso táctico que Quique Setién le dio a Ernesto Valverde, sería injusto señalar solamente al técnico azulgrana. El Txingurri no fue el único responsable de la debacle en el Camp Nou. El equipo falló en bloque. Jugadores como Sergi Roberto, Jordi Alba, Arthur o Rakitic, que habían resultado determinantes en los últimos encuentros, rindieron muy por debajo de su nivel ante el Betis.
Pérdida de equilibrio
Es sorprendente que un equipo capaz de imponerse con suma contundencia a Sevilla, Inter de Milán y Real Madrid sin su jugador estrella, y en una misma semana, caiga como cayó el domingo el día del regreso de su crack. El Barça lo ganó todo en ausencia de Messi. Incluyendo la remontada agónica e inmerecida contra el Rayo. Pero justo el día de la vuelta del astro argentino el equipo hizo aguas. Y uno de los principales motivos fue la pasividad en defensa.
El Betis celebra uno de sus goles contra el Barça / EFE
“De lo poco bueno que tiene jugar sin Messi, si es que hay algo bueno, que no lo creo, es que ello nos permite defender en un 4-1-4-1 que da más consistencia al equipo.” Lo avisó Gerard Piqué hace unos días. Y no es que la culpa del bajón defensivo del equipo sea de Messi, sino que todos se relajan cuando el argentino está en el césped.
Exceso de confianza
El bajón general en el rendimiento del equipo, justo el día que volvía Messi, sugiere indeleblemente que hay demasiados jugadores que se confían con la presencia del argentino. Piensan que Messi ya resolverá el partido si se complica. Es la única explicación posible para tratar de entender lo ocurrido ante el Betis. El Barça demostró ante el Madrid y el Inter que no depende de Messi. Pero demostró ante el Betis que el equipo se cuelga del argentino.
A excepción de Leo Messi y de Arturo Vidal, siempre valiente y voluntarioso, el equipo en su conjunto adoleció de una preocupante falta de actitud. La misma relajación que le lleva a bajar el nivel ante equipos inferiores y que casi le cuesta la victoria en Vallecas.
Contra el Betis este exceso de relajación fue penalizado. El batacazo de este domingo en el Camp Nou, además, pone en evidencia el inmenso agujero que tiene el Barça en defensa. Un coladero que ha recibido la friolera de 16 goles en apenas 12 jornadas. El equipo debe reflexionar.