Ernesto Valverde no encuentra la tecla definitiva para poner un cerrojo a la portería que defiende Marc André Ter Stegen. En su primera temporada como técnico azulgrana consiguió una solidez defensiva que hacía años que no se vivía en el Camp Nou. El sistema ayudó al equipo a proteger la portería y además, contó con un Ter Stegen en estado de gracia. El alemán se disputó el trofeo Zamora con Oblak hasta casi final de temporada, aunque finalmente se lo llevo el esloveno.
Meses después la situación ha cambiado considerablemente. La defensa no es un coladero, pero Ter Stegen tiene que emplearse a fondo en cada partido. El último ejemplo fue frente al Sevilla. La defensa, liderada por un Piqué que volvió a su mejor versión, estuvo concentrada, pero cuando el rival supo deshacerse de ellos, el cancerbero alemán fue el ángel de la guarda del barcelonismo. Un rol que ha adoptado desde su llegada al Barça y que ha aumentado con el paso de las temporadas.
Ter Stegen detiene un chute frente al Leganés / EFE
Frustró el gol al Mudo Vázquez con una doble intervención y repitió puesta en escena en los últimos instantes de partido. Primero frente a Sarabia y seguidamente frustró el tanto de Muriel que recogió el rechace y disparó a bocajarro.
Un seguro de vida
La contundencia defensiva del equipo no es la misma. Lo dijo Messi tras empatar frente al Athletic Club en el Camp Nou, lo aceptó Piqué tras empatar en Mestalla y también lo reconoció Valverde este sábado tras finalizar el encuentro frente al Sevilla. Cada aproximación del rival genera peligro en la portería que defiende Ter Stegen y pese a que el alemán es el seguro de vida del Barça, no puede pararlo todo.
Hasta la fecha el equipo ha encajado 11 goles en nueve partidos solo en el campeonato doméstico. En todas las competiciones, lleva 15 goles en 12 partidos. Una media que deja muy mal la estadística de los azulgrana. 1,25 goles en contra por partido. Además, preocupa también la cantidad de partidos en que la portería no se queda a cero. Frente al Sevilla, cuando parecía que Ter Stegen por fin podría salir sonriente del Camp Nou, un rebote en Lenglet acabó con sus esperanzas.
Una foto de Gerard Piqué lamentándose durante el partido frente al Valencia / EFE
El equipo tan solo ha conservado la portería a cero frente al Alavés, el Valladolid --con gol anulado por el VAR-- y frente al PSV en Champions League. Tres jornadas de 12 partidos oficiales --Supercopa de España, nueve de liga y dos de Champions-- unas cifras desoladoras para un equipo que está acostumbrado a no dar vida con goles a sus rivales.
Recuperar el gol arriba es primordial, pero Valverde no se olvida de los errores que se cometen en la línea defensiva. Este sábado la puesta en escena fue buena, pero se concedieron demasiadas oportunidades en el último tramo de partido por imprecisiones y falta de concentración. Parece ser que ese es el principal factor que está lastrando al Barça de ser el mismo equipo que la campaña pasada.