El mal momento del Barça es evidente. El equipo no fluye y las distintas líneas no tienen continuidad en el juego. Sin efectividad arriba y sin inspiración en el medio, la defensa acusa mucho más sus errores. Ernesto Valverde revolucionó la temporada pasada el equipo. Cambió el sistema de juego de un 4-3-3 a un 4-4-2 y consiguió poner un cerrojo la portería defendida por Ter Stegen. Encajó en toda la temporada 28 goles en el campeonato doméstico.
Una temporada más tarde y con el regreso al 4-3-3, el Barça vuelve a ser vulnerable en defensa. El mal momento de Piqué, que se intensifica cada partido, la falta de un lateral derecho con proyección ofensiva y disciplina en defensa, y un descontrol generalizado han condenado al alemán a firmar uno de sus peores inicios de temporada.
Providencial
El guardameta es de los pocos jugadores que mantiene su nivel, pero no ha encajado ocho goles en siete partidos, unas cifras escandalosas respecto a la temporada pasada cuando a estas alturas solo había encajado dos goles. El alemán es cada temporada un candidato al premio Zamora. Los últimos años ha sido una constante disputa con Oblak, que consiguió alzarse con galardón la temporada pasada, pero el mal momento del Barça condena a uno de los mejores porteros del mundo.
Pese a su estatus, el Barça ocupa la peor posición en el ránking de goles encajados en años. El Barça es el noveno equipo que menos goles ha encajado. Villarreal y Atlético de Madrid se disputan el podio con cuatro goles en contra, seguidos del Betis con cinco, el Valencia, el Madrid, el Espanyol y el Valladolid el Sevilla con siete. El Barça es noveno empatado con el Alavés y a tan solo uno de diferencia de la Real Sociedad, y el Getafe y el Celta a la espera de que finalice la jornada este lunes entre ambos equipos que también ostentan nueve goles en contra.
Nefastas primeras partes
Ter Stegen tan solo ha conseguido mantener la portería a cero en las dos primeras jornadas de Liga. Primero frente al Alavés y después en la visita a Valladolid donde el VAR anuló, correctamente, un gol en el 93, pero también preocupa la cantidad de goles encajados y también la rapidez con que se permiten. De los ocho tantos convertidos, cinco de ellos se han producido en la primera parte --Huesca minuto 2 y 41, Real Sociedad minuto 12, Girona 44 y Ahtletic 41--, algo que confirma las malas primeras partes que está protagonizando el Barça está temporada.
Aun así, el resto de goles encajados tampoco anda muy lejos. El Leganés volteó el marcador en apenas un minuto --52 y 53-- y el Girona se puso por delante en el minuto 50 de la segunda parte.
La falta de concentración en los minutos iniciales es una evidencia. Dos tantos en el primer cuarto de hora --Huesca y Real Sociedad-- y tres en el inicio de la segunda parte --Leganés y Girona-- una tendencia que también se repite al final de las primeras. El Girona empató en el 45, el Huesca marcó el segundo en el 41 y el Athletic Club también se puso por delante en el 41. Unas cifras que constatan las dificultades por las que pasa el equipo y cómo los rivales deciden hacer daño al equipo.
Héroe sin capa
Pese a estas cifras, Ter Stegen también se ha erigido como el salvador del Barça. El guardameta alemán ha salvado los muebles en más de una ocasión. Sus mano a mano han sido providenciales para el Barça, especialmente cuando se ha visto por debajo del marcador y se ha visto obligado a remontar. Ter Stegen ha evitado siempre que se ampliara la ventaja del rival en el luminoso.
La falta contundencia y firmeza en defensa preocupa. Los zagueros deben contagiarse de la misma concentración que desprende el alemán en cada intervención. Solo no puede.