Luis Enrique protesta una acción delante de Hansi Flick durante el Barça-PSG EFE
El PSG gana en el campo y en la grada: el Barça echa de menos la animación en Montjuïc
Los 3.000 aficionados del París Saint-Germain silenciaron al Estadi Olímpic Lluís Companys, sin una Grada que coordine los cánticos, el pasado miércoles en la victoria del equipo de Luis Enrique
Noticias relacionadas
- Luis Enrique gana la partida a Hansi Flick y el PSG se impone al Barça con justicia
- La cara y la cruz del Barça-PSG: recital de Lamine Yamal eclipsado por el error de un sospechoso habitual
- Caliente recibimiento a Luis Figo en el palco Montjuïc: la afición del Barça ni olvida ni perdona
- Cohetes, bengalas y lanzamiento de objetos: la marea del Barça engulle a los 3.000 ultras del PSG en Montjuïc
- Una gran sorpresa y cinco cambios en el once de Flick para el Barça-PSG de Champions
El París Saint-Germain es el campeón de Europa y lo demostró en Montjuïc. Luis Enrique volvió a "casa", tal y como calificó Barcelona en la rueda de prensa previa del partido, acompañado por muchos parisinos. Hasta 3.000 hinchas franceses llenaron la zona visitante del Estadi Olímpic Lluís Companys. El FC Barcelona perdió la batalla tanto en el campo, como en la grada.
Y no fue por ganas. Más de 50.000 personas llenaron Montjuïc hasta el palo de la bandera. Animaban sin parar, aunque no al unísono. Los jugadores del PSG, en cambio, sintieron mucho más el apoyo de su afición, pese a jugar lejos de París.
En inferioridad númerica
Unos 3.000 seguidores galos acudieron a la Ciudad Condal. Muchos de ellos, ultras o pertenecientes a un grupo de animación. Esto marcó la diferencia. 3.000 bocas se hicieron escuchar más que casi 50.000. La afición del PSG saltaba, se abrazaba y cantaba a la vez. Su insistencia tuvo premio.
El equipo de Luis Enrique pudo celebrar un gol agónico en el minuto 90, en un contraataque definido a las mil maravillas. Se fueron a su córner, con su gente. Y, tras el pitido final, los jugadores rebasaron las vallas publicitarias para corear a su hinchada. Luis Enrique, su cuerpo técnico, la plantilla y la grada aplaudían a la vez.
Comunión con la Grada
Lejos queda aquella imagen de los futbolistas del Barça yéndose detrás de la portería tras marcarle el cuarto gol al Bayern de Múnich en la fase inicial de la Champions la temporada pasada. Raphinha metía su hat-trick y se llevaba a los suyos a celebrarlo con la Grada d'Animació. Marcus Sorg, segundo de Hansi Flick, llegó a expresar públicamente que echaban de menos a los grupos.
El Barça, sin embargo, vetó la entrada a Nostra Ensenya, Front 532, Alomgàvers y Supporters Barça. El motivo que alegó el club fue el acuerdo al que llegaron hace un par de temporadas por el que debían asumir todas las multas que recibía la entidad por insultos. Los grupos exigieron una reunión. Joan Laporta nunca la concedió. Se remitía a esos 21.000 euros de sanción.
Faltas de respeto
Pese a la derrota en el Lluís Companys, el Barça de Flick engancha. El culé está animado, pero no tiene una voz cantante a quien seguir. Aun así, los 600 miembros que conformaban la antigua Grada d'Animació hubiesen sido numéricamente inferiores a los 3.000 del PSG.
Lamine Yamal, durante el Barça-PSG CULEMANÍA
Cuando el equipo de Luis Enrique sometió al Barça durante toda la segunda parte, Montjuïc enmudeció. El apoyo de la afición, aunque no es un factor decisivo, es clave para levantar los ánimos de los futbolistas. Los seguidores parisinos no pararon de entonar el "puta Barça, puta Barça". No obstante, no tenían respuesta a los cánticos sin una grada coordinada.
Sin noticias de la nueva Grada
La megafonía del Estadi Olímpic, en francés, tuvo que advertir varias veces a los seguidores visitantes que pararan de cometer actos violentos. La actitud de la marea francesa dejó mucho que desear. Pero el culé estaba indefenso.
Lamine Yamal, Frenkie de Jong y Robert Lewandowski, decepcionados tras la derrota del Barça contra el PSG EFE
A principios de verano, el Barça empezó a reunirse, a través de una empresa externa, con diferentes grupos de socios, divididos por edad, género, entre otros, para conocer la opinión del barcelonismo y dar forma a la nueva Grada d'Animació.
Hoy, el Barça sigue sin una fuente de animación en el estadio. Las reuniones han terminado, pero el club aún no ha sacado las conclusiones pertinentes. Incluso la cúpula sopesa vender la nueva Grada como una experiencia para el turista. Mientras tanto, el PSG se impuso al Barça, algo que puede suceder. En la Grada, el culé no tuvo respuesta, un hecho más difícil de comprender.