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Joan Laporta, en un montaje con los logotipos de Crowe y Barça Vision, y el nuevo Camp Nou de fondo

Joan Laporta, en un montaje con los logotipos de Crowe y Barça Vision, y el nuevo Camp Nou de fondo MONTAJE CULEMANIA

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Las mil y una noches de Laporta

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Sherezade era una princesa farsi que cada noche le contaba un relato sin un final claro a su marido para evitar que sus huesos acabaran bajo la tierra. Ese es el principal argumento de la célebre obra Las mil y una noches, donde, al final, Sherezade consigue enamorar a su marido y que renuncie a sus planes de ejecutarla.
Sin querer comparar a Joan Laporta como la célebre cuentista, lo cierto es que el presidente blaugrana está cerca de alcanzar las mil noches contando al aficionado un relato inconcluso sobre cuándo volverán al Camp Nou. Sin la necesidad de contar una historia cada día, pero con una regularidad constante, Laporta ha ido adelantando fechas y fabricando excusas a la velocidad de un rayo, apoyado por sus incondicionales, sobre todo una Elena Fort que se ha 'comido' más de un marrón en este entuerto.
Precisamente todo empezó hace más de dos años, cuando la vicepresidenta del área social se atrevió a dar una fecha para la inauguración del nuevo estadio: 29 de noviembre del 2024. El reto era coincidir con la efeméride de los 125 años del club. El problema no fue adelantar una fecha, sino la vehemencia con la que Fort dio por sentada que ese día estaría ya todo a punto, "salvo hecatombe"
Pues bien, casi un año después de la fecha marcada en rojo por la vicepresidenta, el estadio sigue cerrado por obras. Por en medio han quedado muchos relatos dispersos, algunos desde el primer día ya sonaban a cuento chino, como cuando Laporta aseguró que cada día de retraso conllevaría un millón de euros de penalización, argumento que acabó difuminándose hasta caer en el más absoluto limbo.
Relatos más recientes han sido tan apasionantes como intrigantes. Por ejemplo, cuando el presidente se puso al frente del anuncio que daba por sentado que el Gamper se jugaría el 10 de agosto en el Camp Nou. Ni tan siquiera la coartada de que sería una prueba piloto y con solo 10.000 aficionados fue suficiente argumentario para el Ajuntament. También tuvo su intríngulis cómo el club estuvo mareando estos últimos días sobre la posibilidad de jugar el partido del domingo contra la Real Sociedad en el nuevo estadio, con visita guiada a una comitiva de periodistas incluida. Un nuevo brindis del sol, chafado directamente unas horas más tarde por Laia Bonet, la teniente alcalde de Barcelona, en las que aseguraba que el Camp Nou aún no reunía las condiciones de seguridad deseables, por mucho que Elena Fort unas horas antes hubiera dicho que era el "campo más seguro del mundo".
Relatos y más relatos, todos inconclusos, que han conllevado a conclusiones contradictorias entre los socios. Unos, agradeciendo a la junta la insistencia por volver al nuevo Camp Nou, y otros, pidiendo abiertamente al club que les deje de mentir
La única realidad es que la historia aún no ha concluido y que Laporta aún tendrá más de un relato que añadir a su particular las mil y una noches. En su caso no tiene a ningún príncipe dispuesto a cortarle la cabeza, pero sí a un sinfín de socios que esperan dar su veredicto el próximo año a través de las urnas.