Xavi, Laporta y Koeman en un fotomontaje / Culemanía

Xavi, Laporta y Koeman en un fotomontaje / Culemanía

Palco

La historia oculta tras el despido de Koeman y el fichaje de Xavi

Laporta buscó estabilidad con la ratificación del holandés mientras negociaba paralelamente con el de Terrassa

28 octubre, 2021 23:49

Urgencias en el Camp Nou. Se acabó la paciencia con Ronald Koeman. Un viaje exprés Madrid-Barcelona por el puente aéreo, emulando a Johan Cruyff con la comunicación de la decisión en el mismo avión, fue suficiente para poner fin a la vinculación con el que ha sido entrenador del Barça desde agosto de 2020: despedido

Joan Laporta ya había dado a entender en reiteradas ocasiones que no confiaba en Koeman. Que no era su entrenador, por mucho que después lo ratificase en público. Lo escenificó en mayo, cuando durante una reunión con el técnico y su agente, Rob Jansen, expuso que iban a buscar una alternativa en el mercado durante 15 días y que solo seguiría en el Barça si no encontraban a nadie mejor y si se comprometía a cumplir una serie de requisitos. Entre esas condiciones estaba la de jugar un sistema 4-3-3, algo que complicó las cosas a un Koeman más habituado al 3-5-2. No encontró a nadie y decidió darle continuidad con la excusa de no pagarle el finiquito que ahora sí le van a tener que pagar. 

Cómo ir debilitando a un mito poco a poco

Posteriormente, debilitó al holandés con la planificación de la plantilla. Laporta se escudó en los números de Bartomeu para abrir las puertas de salida a Leo Messi y en el último día del mercado de fichajes privó a Koeman de Antoine Griezmann. Dos movimientos que dejaban al técnico sin 50 goles y, como compensación, le traían al veterano Luuk de Jong, supuestamente para complacerlo porque fue la opción que más sedujo a Koeman de las que le ofrecieron. 

Koeman, junto a Messi y Griezmann, en una imagen de archivo / EFE

Koeman, junto a Messi y Griezmann, en una imagen de archivo / EFE

Koeman, junto a Messi y Griezmann, en una imagen de archivo / EFE

Unos meses después, y especialmente a raíz de la catastrófica derrota contra el Bayern en Champions (0-3), se volvió a poner sobre la mesa el debate de la destitución de Koeman. Las cosas se agravaron con los empates frente al Granada y el Cádiz. Justo antes del partido contra los gaditanos, el técnico holandés decidió no atender a los medios y emitir un comunicado pidiendo apoyo. A partir de ese momento se calmaron ligeramente las aguas, que volvieron a removerse tras los contundentes tropiezos frente al Atlético de Madrid y el Benfica. Cuando todo parecía que estaba decidido, y con Koeman emulando a Van Gaal en su despedida --"buenos días, mis amigos de la prensa"-- Laporta dio un nuevo giro de timón y lo ratificó contra pronóstico, desmintiendo a los periodistas que tres días antes habían sabido que se le buscaba relevo a Koeman. 

Negociaciones en la sombra 

Aquella situación, que en aquel momento fue criticada por los propios periodistas, que quedaron como mentirosos, hoy cobra sentido. Laporta lo ratificó para tratar de recuperar la estabilidad, pero no dejó de trabajar en la búsqueda de un sustituto. Poco después de aquella ratificación, se filtró que el presidente había retomado conversaciones con Xavi Hernández a través de un intermediario de confianza, Alejandro Echevarría

Pirlo, Xavi y Roberto Martínez, los principales candidatos al banquillo culé / EFE

Pirlo, Xavi y Roberto Martínez, los principales candidatos al banquillo culé / EFE

Pirlo, Xavi y Roberto Martínez, los principales candidatos al banquillo culé / EFE

La jugada de Laporta consistió en ganar tiempo con la ratificación, ya que las opciones de entrenadores que estaban por delante de Xavi, como Jordi Cruyff, Bob Martínez o Andrea Pirlo, no cuajaron. Viendo el panorama, al presidente no le quedó más remedio que volver a rectificar --como ya había hecho con Messi, el referéndum del Espai Barça o el propio Koeman-- y apostar por el de Terrassa. Acercaron posiciones y a la que se volvieron a torcer las cosas con Koeman, pudieron tomar la decisión teniendo el relevo atado. Ahora tan solo falta terminar de acordar los términos: el salario será bajo, pero a cambio Xavi quiere poder traer a todo su staff, con médicos incluidos