El desgobierno deportivo en el Barça de Laporta
Las decisiones poco coherentes de la entidad en la parcela deportiva
22 septiembre, 2021 02:15El panorama deportivo del FC Barcelona no es el más alentador. Un montón de decisiones se han tomado desde comienzos de 2021, pero muy pocas han tenido coherencia entre sí. La directiva de Joan Laporta no muestra una dirección clara en esa parcela de la entidad, lo cual termina repercutiendo notoriamente en los resultados que se están presenciando en el comienzo de temporada.
Laporta en el palco del Camp Nou / EFE
El grupo principal
Lo primero que se acusa dentro de ese contexto irregular es la escasa congruencia entre los que componen el equipo de trabajo principal en el área deportiva. En ese sentido, Laporta está acompañado de algunas personas que realmente no representan un perfil que pueda potenciar esas labores, especialmente con la presencia de Rafael Yuste, que ejerce de vicepresidente deportivo y es amigo íntimo del dirigente culé.
Su poca formación en el aspecto futbolístico limita enormemente las determinaciones que deben tomarse desde lo más alto de la directiva. Si bien es cierto que recibe un buen complemento a través de Mateu Alemany (director de fútbol), la realidad es que sus fortalezas están más vinculadas al ámbito de las negociaciones que a la filosofía que representa un director deportivo, una plaza todavía vacante. El que más aporta en ese ámbito es Ramon Planes (secretario técnico), quien ha demostrado mayor conocimiento en la apuesta por ciertos futbolistas, recordando los casos de Pedri y Ronald Araujo.
Yuste, Laporta, Masip, Alemany y Planes en el 'stage' de Alemania / FC Barcelona
En la línea posterior del organigrama hay que hacer mención a Enric Masip, asesor deportivo y persona de confianza de Joan Laporta. Una persona que, tras su reconciliación con Valero Rivera, ha estado relacionada más por sus conflictos con distintas figuras del club, como es el caso de Xavi Pascual, David Barrufet y Ronald Koeman, que por aportaciones a la institución. Un asesor capaz de debilitar al entrenador tanto en las redes sociales como en la televisión pública catalana. También se debe resaltar a Jordi Cruyff, jefe de scouting internacional, que representa el único perfil que coincide con la filosofía que tanto pregona el máximo dirigente.
Esa enorme diferencia que existe entre la mayoría de los miembros de la cúpula deportiva es lo que detona en unos meses de poca claridad. Un desgobierno, porque cada uno parece ir por un camino particular, en vez de seguir una sola vía que permita al FC Barcelona avanzar en la dirección indicada. Un síntoma evidente de la improvisación que viene demostrando la junta de Laporta desde que firmó los avales sobre la bocina.
Cambios drásticos
Uno de los resultados de ese problema anteriormente explicado es la gestión de la situación de Ronald Koeman. Ha sido un cambio de opinión constante con el actual entrenador del Barça. Primero expresando su deseo de encontrar a otro perfil para el banquillo; luego dándole una oportunidad y accediendo a incorporar a ciertos jugadores del gusto del neerlandés, como es el caso de Luuk de Jong, Memphis y, por poco, Wijnaldum; y posteriormente terminando en un contexto de filtraciones y dudas sobre su capacidad.
Laporta y Koeman, una relación con muchos altibajos / FCB
Ese manejo ha estado lejos de ser coherente, tomando en cuenta que apenas están dándole tiempo con una plantilla que perdió calidad diferencial con la salida de Lionel Messi y Antoine Griezmann y, de paso, con esos futbolistas que fueron pedidos por el director técnico.
Diferentes perfiles
Ante los problemas que se han presentado en el comienzo de temporada, la directiva estaría tomando la decisión de ubicar al suplente de Koeman. Pero nuevamente se visibilizan las incongruencias de la parcela deportiva en la elección de esos distintos candidatos. Nombres como Ten Hag, Pirlo, Roberto Martínez y Xavi, cada uno práctica un fútbol totalmente diferente, denotando que no están considerando el estilo que van a ejecutar los futbolistas.
La realidad es que hace 11 meses que dimitió el expresidente Bartomeu y casi 10 desde que comenzó la campaña electoral que terminó, a la postre, con el regreso de Laporta a la presidencia. Unas alargadas elecciones y seis meses de gobierno después, el nuevo presidente todavía no tiene entrenador ni un director deportivo que marque la línea a seguir. Ni siquiera confiaron en Jordi Cruyff para ese cargo, aunque lo han querido poner provisionalmente como técnico para fulminar a su amigo Ronald.
Fuga de estrellas
Como mencionamos antes, otro de los aspectos que forma parte de ese descontrol en el área deportiva es la manera de lidiar con los casos de Messi y Griezmann. Con el argentino fue totalmente evidente, sobre todo por la poca frontalidad para definir lo sucedido en esos días en los que terminaron de desvincularse con la leyenda del club, sin olvidar de los roces que quedaron entre ambas partes. Tras una campaña basada en la voluntad de retener a Messi, finalmente de decidió dejarlo ir, ante el enfado contundente del astro rosarino, que se despidió entre lágrimas.
Leo Messi, en la rueda de prensa de su despedida / EFE
De igual forma, el atacante francés vivió una montaña rusa por la cambiante planificación de la directiva de Laporta. En un principio parecía que estaba todo dado para que se fuera en un intercambio con el Atlético, pero finalmente no terminó concretándose. El delantero jugó como titular en esos primeros partidos de la Liga y parecía que se mantendría, al menos, una temporada más. Sin embargo, decidieron enviarlo a dicho rival directo en las últimas horas del mercado veraniego. Dejando al cuerpo técnico de Koeman sin otro de los jugadores más importantes de la parcela ofensiva.